Vaticano confirma lo que la justicia ya falló: el cura John O'Reilly es pederasta

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Autor: Cooperativa.cl

El sacerdote de los Legionarios de Cristo, favorito de un grupo de la elite chilena, no puede tener contacto con menores de edad, por su peligrosidad.

Cuando fue condenado por la justicia chilena, alegó completa inocencia, pero optó por no apelar a la sentencia de 4 años y 1 día -con beneficio de libertad vigilada- por el abuso sexual reiterado de una niña.

Pero ahora el cura John O'Reilly está condenado "ante Dios y ante el hombre", porque la justicia canónica ratificó un fallo de 2019 y dejó a firme la sentencia  por pederastia contra la cara de los Legionarios de Cristo en Chile.

"La Congregación para la Doctrina de la Fe ha notificado al P. John O'Reilly la sentencia definitiva del Supremo Tribunal Apostólico en segundo grado de jurisdicción. Los jueces han decretado que la sentencia canónica emitida en primer grado no debe ser reformada y, por tanto, se mantienen los mismos términos de la condena de abril de 2019", dice un escueto comunicado de la orden, una de las favoritas de la elite chilena.

"El P John O'Reilly actualmente cumple las medidas impuestas por la sentencia canónica en una casa sacerdotal en Italia, sin ejercer públicamente el ministerio sacerdotal y sin contacto con menores", agregó el segundo y último párrafo de la comunicación.

Así, y a pesar de su deseo, el pederasta O'Reilly -expulsado de Chile en 2018, tras cumplir su condena- no puede volver a América Latina y además debe mantenerse alejado de niñas, niños y adolescentes, por el peligro que implica para ellos.

De hecho, Gendarmería ya lo había caracterizado como un reo con "riesgo de reincidencia".

O'Reilly, un habitual en eventos de grandes empresas y considerado "guía espiritual" por varias de las familias más ricas del país, por su labor en el exclusivo Colegio Cumbres, aprovechó esta posición en el establecimiento para abusar de una niña, en diversas ocasiones, entre 2010 y 2012.

De hecho, a días de iniciarse el juicio en su contra, más de 1.000 personas publicaron una inserción en los diarios La Tercera y El Mercurio, en la que -con nombre y rut- aseguraban creer en la inocencia del religioso.