Detenidos por disturbios y saqueos en Sudáfrica ascienden a 3.407

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Los incidentes comenzaron por el encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma por desacato judicial tras negarse repetidamente a declarar por corrupción.

Posteriormente se generó una oleada de disturbios y saqueos masivos, quemando edificios y vehículos y cortando carreteras y calles.

 EFE

El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, visitando las áreas afectadas por los saqueos en Durban, Sudáfrica

El número de detenidos en Sudáfrica ascendió a 3.407 producto de los disturbios y saqueos masivos que estallaron hace más de una semana en las provincias KwaZulu-Natal y Gauteng, ocasionando 212 muertos, según informó esta jornada la Estructura Nacional Conjunta de Operaciones e Inteligencia (NatJOINTS).

"Un total de 3.407 sospechosos habían sido detenidos por diversos cargos desde que estalló la violencia con un solo sospechoso al que se le concedió la libertad bajo fianza, 1.122 que se espera que comparezcan en tribunales y el resto de expedientes en fase de investigación", indicó el comunicado de la estructura.

La NatJOINTS señaló que "la tensión parece haberse calmado" y que las fuerzas de seguridad llevan a cabo operaciones de recuperación de los bienes robados, logrando recobrar un gran número debido a las llamadas por la ciudadanía.

También advirtió que serán detenidas aquellas personas que están comprando bienes robados, aunque no formaron parte de la oleada de saqueos.

Durante las operaciones se ha detenido en la provincia de Gauteng a 14 sospechosos de estar en posesión de presuntos bienes saqueados y a 92 en la de KwaZulu-Natal.

La Estructura de operaciones pidió a la población que se abstenga de incitar a la violencia haciendo circular "mensajes incendiarios", motivo por el que la Policía ha detenido a tres personas desde el pasado 15 de julio.

Además, advirtió que están al tanto de los mensajes compartidos en redes sociales en los que se amenaza con más saqueos y atacar comisarías, tribunales y refinerías, por lo que han movilizado el máximo de recursos para garantizar la estabilidad y seguridad.

Por su parte, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, agradeció a los millones de personas que se negaron a formar parte señalando que deben "permanecer firmes ante este ataque bien planificado y coordinado contra nuestra nación".

Los incidentes comenzaron el pasado 9 de julio con protestas por el encarcelamiento del polémico expresidente Jacob Zuma (2009-2018) por desacato judicial después de negarse repetidamente a declarar por corrupción.

Lo anterior generó una oleada de disturbios y saqueos masivos, con turbas arrasando centros comerciales y tiendas, quemando edificios y vehículos y cortando carreteras y calles.

Aunque las autoridades no han señalado a presuntos culpables, los medios locales colocan en el centro a ex espías y veteranos antiapartheid militarizados afines a Zuma.

Además, al caso puntual que provocó el estallido se suman problemas sociales como la extrema desigualdad, desempleo, los elevados niveles de inseguridad y el malestar por la pandemia de covid-19.