Japón y China apelan a la concordia en primera conversación de Kishida y Xi

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EFE

El presidente Xi envió un mensaje de enhorabuena a Kishida el lunes, cuando asumió la jefatura de Gobierno de Japón, en el que señaló que sus países deberían "fortalecer el diálogo".

 Xinhua

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente chino, Xi Jinping, apelaron a la concordia en su primera conversación, cuando la relación de ambos países se mantiene tensa por el incremento de la actividad de China en aguas del Indo-Pacífico y sus disputas territoriales.

Los mandatarios hablaron por teléfono durante una media hora, en la primera conversación de los líderes de ambos países desde que Kishida asumiera la jefatura del Gobierno a principios de esta semana y desde que su predecesor, Yoshihide Suga, llegara al puesto en septiembre de 2020, informó la agencia de noticias japonesa Jiji.

Kishida y Xi apelaron a la concordia para mantener una buena relación bilateral e impulsar el diálogo y la cooperación entre ambas naciones, según un funcionario nipón.

El primer ministro japonés, no obstante, habría señalado que pese a la importancia de mantener una relación estable por el bien de la región y de la comunidad internacional, Japón "dirá lo que tenga que decir" sobre las actividades de Pekín, al que pidió "asumir responsabilidades" como potencia mundial que es, según la agencia.

El presidente Xi envió un mensaje de enhorabuena a Kishida el lunes, cuando asumió la jefatura de Gobierno de Japón, en el que señaló que sus países deberían "fortalecer el diálogo y la comunicación, y mejorar la confianza mutua" para construir una relación "acorde con las exigencias de la nueva era", según recogieron los medios estatales chinos.

China es el mayor socio comercial de Japón, pero las fricciones entre ambos países se han intensificado después de que el aumento de la actividad de Pekín en aguas del Indo-Pacífico en los últimos años se sumara a sus prolongadas desavenencias en torno a la soberanía de unas islas situadas en el mar de China Oriental.

Los islotes, mayoritariamente despoblados, están administrados por Japón, pero China reclama su soberanía y envía frecuentemente barcos de sus guardacostas a aguas cercanas, desatando protestas de Tokio.