Régimen venezolano pidió a trabajadores extremar vigilancia en instalaciones petroleras
La vicepresidenta Delcy Rodríguez llamó a reforzar la seguridad física y la protección cibernética para defender los recursos energéticos del país.
El llamado se produce en un contexto de despliegue militar estadounidense en el Caribe, que Washington justifica como una operación antidrogas, pero que Caracas interpreta como una amenaza a su integridad territorial.
La incautación del buque petrolero Skipper, que transportaba 1.9 millones de barriles de crudo, ha sido calificada por Venezuela como un "acto ilícito" y un "asalto" que viola el derecho internacional.
La vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos de Venezuela, Delcy Rodríguez, instó este sábado a los trabajadores a extremar la vigilancia en las instalaciones petroleras del país y a mantenerse en alerta ante cualquier intento de "sabotaje", en medio de un despliegue militar estadounidense en el Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico y que Caracas tilda de amenaza.
A través de una publicación en Telegram, Rodríguez dijo que la atención debe estar concentrada en la seguridad física de las instalaciones y la "protección cibernética de las operaciones".
El objetivo, prosiguió, es mantener la "firmeza y disposición en defensa de la paz, tranquilidad, integridad territorial y recursos energéticos del país".

Rodríguez también instó a estar alerta ante cualquier intento de "sabotaje o guerra digital, así como al resguardo de la industria en todos sus ámbitos".
La funcionaria reiteró que la confiscación de un buque petrolero por parte de Estados Unidos en aguas cercanas a Venezuela, que calificó de asalto, constituye un acto "ilícito y violatorio" de las convenciones internacionales que solo puede, sostuvo, "generar indignación y vergüenza ante el mundo".
La bullada intercepción del buque petrolero Skipper
El martes, Estados Unidos interceptó el buque petrolero Skipper, que navegaba con falsa bandera, frente a las costas de Venezuela, en una operación conjunta del Departamento de Guerra con la Guardia Costera estadounidense.
El buque fue incautado por orden de un juez del país norteamericano, debido a sus vínculos previos con el contrabando de petróleo iraní, sancionado por Washington, pero que en esta ocasión transportaba 1,9 millones de barriles de crudo de la estatal PDVSA, según dijo el Gobierno venezolano, que no precisó el país de destino.
El Gobierno de Venezuela calificó el miércoles el decomiso como un "robo descarado" y el presidente Nicolás Maduro denunció que los tripulantes del buque están "desaparecidos".

Por su parte, la Casa Blanca indicó que el Skipper está sometido a "un proceso de decomiso" y será trasladado a un puerto estadounidense para proceder a la incautación de su carga.
Este hecho marca un nuevo episodio de la creciente escalada de tensiones entre Venezuela y Estados Unidos, país que mantiene desde agosto un despliegue aeronaval en el Caribe, que, asegura, está destinado a combatir el narcotráfico, pero que Caracas interpreta como un intento de propiciar un "cambio de régimen".
El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró esta semana que "pronto" podrían comenzar ataques terrestres en territorio venezolano.