Clara Rojas lanzó libro donde relata su secuestro junto a Ingrid Betancourt

Clara Rojas. (Foto: EFE)

En una entrevista con motivo de la presentación este lunes de su libro "Cautiva", Rojas dijo que al escribir su experiencia intenta "limar las asperezas" especialmente con Betancourt, con quien fue secuestrada cuando ambas hacían campaña para las elecciones presidenciales de 2002, en un paraje selvático del sur de Colombia.

"Hay cosas que me duelen, no puedo decir que de un día para otro uno decide perdonar, eso es un proceso y yo siento que ya estoy en el camino. Allá en algún momento llegaré, en que ya no tenga ninguna cicatriz en el alma sobre el tema del secuestro", manifestó.

"Desencuentro" es el título del capítulo en el que Rojas narra el deterioro paulatino de su relación con la colombo-francesa, una historia de amistad que se truncó en las junglas colombianas sobre la que se han extendido muchos rumores y que Rojas revela ahora en su libro.

"Puede que halla situaciones en que ella actuó de alguna manera que a mi me afectaran, pero también soy consiente de que es posible de que yo tuviera algunas actuaciones que a ella le afectaran", según Rojas.

Aunque no fue muy explícita respecto a los malentendidos que tuvo con su ex compañera de partido, hizo referencia al momento en que pudieron enviar una prueba de supervivencia y la familia de Betancourt se la ocultó a su madre.

La ex rehén, liberada unilateralmente por las FARC en enero de 2008, reprocha que la decisión de no dar a conocer la fe de vida a sus parientes se debió "al temperamento y la forma de ser de ellos (familiares de Betancourt), como un excesivo celo por el protagonismo de Ingrid".

"Cautiva" también expresa a lo largo de sus páginas el perdón a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que, a pesar de todo, agradece que en momentos que vio de cerca la muerte no la dejaron morir.

Rojas hizo así referencia al día que nació Emmanuel, el niño que engendró en cautiverio con un guerrillero a quien no ha querido identificar.

"En el momento del parto, (los guerrilleros) sí tuvieron gestos de humanidad para conmigo y por eso estoy viva. Finalmente sobreviví que es lo que cuenta al final", matizó.

La ex rehén relató que el momento más difícil fue cuando la separaron de Emmanuel y no saber nada del niño desde ese momento hasta tres años después, cuando ella fue liberada días después de que el menor fuera encontrado en un hogar del estatal Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

El niño, con una debilitada salud desde su nacimiento, había sido entregado por los rebeldes a una familia de campesinos, pero llegó a manos del ICBF, que nunca supo su verdadera identidad.