Percival Cowley reiteró su crítica a la "desidia e indolencia" del cardenal Francisco Javier Errázuriz.
En Cooperativa aseveró que hubo gente que "no quedó bien plantada".
El ex capellán de La Moneda, Percival Cowley, comentó en Lo Que Queda del Día que el caso de los abusos sexuales que se le imputan al sacerdote Fernando Karadima y el actuar de la Iglesia le provocan un sentimiento de "vergüenza y de pena".
Cowley explica que este pesar se debe a que "tanto los primeros informes del año 2006 como los hechos por el padre (Fermín) Donoso", el promotor de Justicia de la Iglesia del Arzobispado de Santiago, al comienzo del 2010, "me parecen que eran absolutamente coincidentes respecto a la apreciación del tema en discusión. Hay varios años entremedio en que no se hizo absolutamente nada".
"El calificativo no puede ser otro que indolencia o desidia", concluyó Cowley quien aseveró que esta situación le trae un sentimiento de "vergüenza y de pena".
Respecto al actuar del arzobispo, el religioso sostuvo que "parece bastante evidente que hubo desidia e indolencia, porque si no hubiera habido desidia esto se habría seguido investigando y no se habría suspendido la investigación".
"Las consecuencias son por lo menos esta vergüenza y este dolor inevitable", reiteró Cowley quien destacó que los cuatro denunciantes "han quedado muy bien plantados frente a la opinión pública justamente por la valentía que tuvieron, exponiéndose del modo que lo hicieron, y hay otros que no han quedado muy bien plantados".
Al ser consultado por quienes son los que no han quedado bien parados en este caso, Cowley pidió que "no me pidan que de más nombres, porque ya es demasiado".
