Investigadora Olga Espinoza manifestó que su uso visible es un obstáculo adicional.
Diputado Marcelo Díaz celebró la decisión del Ministerio de Justicia.
Una buena recepción entre expertos y parlamentarios tuvo el anuncio del Ministerio de Justicia de acelerar la implementación de medidas alternativas a la reclusión que incluyen el brazalete electrónico, pero llamaron la atención sobre ciertas alternativas a considerar.
La investigadora del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Olga Espinoza considera que ampliar las medidas sustitutivas de cárcel es positivo, pero se puede caer en la estigmatización.
"El riesgo de un brazalete utilizado en forma indiscriminada es de que puede llevar a la estigmatización de sujetos, que presentan condiciones de vulnerabilidad que ya dificultan el proceso de reintegración", explicó. "Si a eso se suma un estigma que los identifica como agresores en forma permanente, se está poniendo un obstáculo adicional al proceso de reinserción social".
Por su parte, el diputado del PS Marcelo Díaz, integrante de la Comisión de Constitución, está de acuerdo en lo general con la iniciativa, la que "vamos a estudiar muy responsablemente y muy detenidamente".
Las ideas, expresó Díaz, "efectivamente pueden ayudarnos a ir mejorando nuestro sistema penal, las herramientas que tienen los jueces para aplicar sanciones, y sobre todo para lograr la finalidad de la penas que es reparar a la víctima pero también ayudarnos a reinsertar y resocializar a quienes infringen la ley".
