Antes de compartir una casa, es necesario establecer límites económicos

Salvo acordar quien pagará las cuentas y cómo se dividirá el arriendo, las conversaciones de pareja sobre irse a vivir juntos no tienen muchos otros componentes financieros. 

Si él deja la toalla mojada encima  de la cama, cuanto espacio de clóset tendrá ella o cómo se organizaran los panoramas con amigos y si soportarán las manías cotidianas de su media naranja y adónde irá cada uno en caso de conflicto son algunas de las ideas que fluyen en torno al tema. 

Es importante disfrutar de la que puede ser una muy buena experiencia, pero sin dejar  que el  entusiasmo  interfiera con  el planteamiento de temas prácticos que pueden ser útiles en caso de que la idea de vivir juntos no haya resultado tan bien. 

Los pasos

En primer lugar, es fundamental hablar de dinero antes de embarcarse con un plan y compartir las actitudes que  cada uno tiene con respecto al dinero, la posición en que se encuentra en la actualidad  y cuáles son sus planes futuros.  

Además es importante acordar antes de estar viviendo en la casa como se dividirán los gastos, si será por partes iguales o proporcionales al salario, así como establecer qué servicios es necesario contratar y quien correrá con esas cuentas. 

Por otra parte, es importante mantener las finanzas separadas para que cada uno controle su dinero. En este sentido, es conveniente pensar en la pareja como en cualquier amigo con que se comparte una casa ya  que así cada uno mantiene su independencia, los errores bancarios no afectan al otro y cada quien es responsable de su dinero. 

En caso de realizar compras costosas, es importante conservar una copia del comprobante de pago, así como guardar las copias de los contratos y acuerdos que se hayan suscrito con proveedores de servicios, arrendador, seguros, etcétera, para que en caso de que decidan  volver a vivir separados, todo esté en orden y no haya malos entendidos.