El Ministerio Público reconoció que con el asesinato de los únicos sospechosos, cuatro policías, "automáticamente se cae el proceso" para saber quien ordenó la muerte de tres diputados salvadoreños.
El motín de presos en una cárcel de máxima seguridad en Guatemala acabó este lunes tras la muerte de cuatro policías acusados de asesinar a tres diputados salvadoreños y con el reconocimiento de las autoridades de que "se fue por la borda" el esclarecimiento del crimen.
El fiscal del Ministerio Público (MP), Álvaro Matus, que investiga el asesinato de los parlamentarios del Parlamento Centroamericano (Parlacen) y su chofer, reconoció que con la muerte de los cuatro policías "automáticamente se cae el proceso".
Sin embargo, afirmó que el MP está obligado a investigar el crimen de los agentes y también a continuar con las pesquisas para esclarecer la muerte de los dirigentes políticos salvadoreños.
Hace ocho días los cuerpos calcinados de los diputados Eduardo D'Aubuisson, William Pichinte y José Ramón González, y la del chófer y agente policial Gerardo Napoléon Ramírez, fueron encontrados dentro de un vehículo en la ruta hacia El Salvador.
Dos días después de los asesinatos, el 21 de febrero, las fuerzas de seguridad capturaron a los policías guatemaltecos Luis Arturo Herrera López, José Korki López Arreaga, José Adolfo Gutiérrez y Marvin Langen Escobar Méndez, como presuntos autores materiales.
Las autoridades guatemaltecas aún no habían establecido el móvil de los asesinatos de los políticos salvadoreños, cuando la noche del domingo los policías fueron degollados y tiroteados en la cárcel de máxima seguridad "El Boquerón".
Una de las abogadas de los agentes, Amanda Salazar, explicó que sus clientes le habían expresado el temor de ser asesinados porque se consideraban "chivos expiatorios".
Salazar manifestó que teme por su vida por defender a los policías que "eran inocentes" y responsabilizó al Gobierno de cualquier hecho en su contra.
"Había interés de que no hablaran", sostuvo sin dar mayores explicaciones.
Los reos protagonizaron después del crimen un motín y tomaron cinco rehenes entre los funcionarios de la cárcel, a los que liberaron hace algunas horas sin ningún daño tras exigir que ingresaran los periodistas antes que la policía para evitar más hechos de sangre. (EFE)
