El Gobierno del país centroamericano lamentó la "guerra declarada" que libran desde principios de enero las pandillas juveniles o "maras".º
El presidente de Guatemala, Oscar Berger, dijo que "es muy difícil detener" la ola de violencia que azota a ese país centroamericano, que ha cobrado la vida de unas 350 personas en lo que va de enero.
En declaraciones a periodistas, Berger responsabilizó del incremento de los hechos de violencia a las pandillas juveniles o "maras", las cuales aseguró "están mejor organizadas" que las fuerzas de seguridad.
"Hay una guerra declarada, (los pandilleros) están mejor organizados. La pugna entre ellos está propiciando esta cruel matanza de hermanos guatemaltecos, y es muy difícil controlarla", precisó Berger.
Según reportes de los cuerpos de socorro y de la Policía Nacional Civil (PNC), entre el sábado y domingo pasados fueron asesinadas 21 personas, la mayoría integrantes de las "Mara 18", una de las pandillas juveniles más peligrosas del país.
En las primeras horas de este lunes, al menos tres hombres fueron asesinados en diferentes puntos de la capital.
"La 'Mara Salvatrucha' le declaró la guerra a la 'Mara 18' hace unos meses. Se enfrentan y pasan matándose unos a otros", indicó el gobernante, al señalar que "la difícil situación de las maras", también afecta a El Salvador, Honduras y México.
El gobierno, dijo Berger, "esta haciendo esfuerzos para prevenir estos problemas".
Anunció que en los próximos días iniciará un programa que generará 15.000 nuevos empleos para los jóvenes, y que promoverá reuniones "con la dirigencia de estos grupos, que no tengan problemas con la ley".
"La sociedad le debe dar respuesta solidaria a estos jóvenes desadaptados que provocan acciones inhumanas", indicó el presidente.
El problema de las maras, agregó, "es un problema de Estado y de región", que debe ser abordado con "más presencia de cuerpos de seguridad, más preparación de estos; más empleos, más escuelas, más polideportivos". (EFE)
