Régimen de Ortega acordó con el Vaticano la excarcelación de sacerdotes

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

Entre ellos están los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora, críticos del gobernante nicaragüense.

Fueron enviados a Roma bajo un trato "de buena fe y buena voluntad".

Régimen de Ortega acordó con el Vaticano la excarcelación de sacerdotes
 Unsplash.com: Thays Orrico (referencial)
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El régimen que preside Daniel Ortega en Nicaragua informó este domingo que acordó con la Santa Sede el envío al Vaticano de los obispos nicaragüenses encarcelados Rolando Álvarez e Isidoro Mora, de 15 sacerdotes y dos seminaristas a los que tenía privados de libertad.

"Agradecemos profundamente al santa padre, papa Francisco; a la secretaría de Estado de la Santa Sede; a su titular, cardenal, su eminencia reverendísima, Pietro Parolin, y a su equipo de trabajo, por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas" encarcelados, indicó el Ejecutivo nicaragüense en una declaración.

La lista de religiosos excarcelados y enviados al Vaticano, divulgada por Managua, la encabeza el obispo Álvarez, condenado en febrero de 2023 a más de 26 años de prisión por delitos considerados traición a la patria.

Le sigue el obispo Mora, detenido desde el pasado 20 de diciembre en medio de una ola de arrestos de religiosos católicos.

La lista oficial incluye 15 sacerdotes, de los cuales 10 pertenecen a la Arquidiócesis de Managua, Masaya y Carazo, que dirige el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes.

Los curas liberados y enviados al Vaticano son Pablo Villafranca, Carlos Avilés, Héctor Treminio y Silvio Fonseca, canciller, vicario general, tesorero, y vicario de Familia, Niñez y Juventud de la Arquidiócesis de Managua y director del Instituto Juan Pablo II, respectivamente.

También los sacerdotes Miguel Mántica, Raúl Zamora, Ismael Serrano, Mykel Monterrey, Gerardo José Rodríguez, y Jhader Hernández, todos de la Arquidiócesis de Managua.

Los otros cinco sacerdotes son Óscar Escoto, Jader Guido y Fernando Calero, de la diócesis de Matagalpa; Marco Díaz Prado, de la diócesis de León y Chinandega (noroeste), y José Gustavo Sandino Ochoa, de la diócesis de Jinotega (norte).

Además, los seminaristas Alester Sáenz Centeno y Tonny Palacio Sequeira, de acuerdo con la lista.

"ACUERDOS DE BUENA FE Y BUENA VOLUNTAD"

"Ellos han sido ya recibidos por autoridades vaticanas, en cumplimiento de acuerdos de buena fe y buena voluntad, que buscan promover entendimiento y mejorar la comunicación entre la Santa Sede y Nicaragua, para la paz y el bien", explicó el Gobierno nicaragüense.

El Ejecutivo que preside Ortega dijo que reconoce las posibilidades del "dialogo franco, directo, prudente y muy serio, un dialogo responsable y cuidadoso, que ha hecho posible llegar a este día de alabanza al Dios de todos, que nos ilumina y guía para continuar cultivando la confianza y para acrecentar, desde la fe, la tranquilidad de espíritu y el derecho a la justicia y la vida de las familias nicaragüenses".

La excarcelación de los religiosos nicaragüenses ocurre 14 días después de que el papa Francisco, tras el rezo del primer Ángelus del año, expresara su "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua, y pidiera que "se busque siempre el camino del diálogo" para superar los problemas.

El 18 de octubre pasado el Gobierno nicaragüense excarceló a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano tras un acuerdo con la Santa Sede, aunque entre estos no estaba el obispo Álvarez, que se resistía a abandonar el país.

Antes, el 9 de febrero de 2023, las autoridades excarcelaron a otros 8 sacerdotes y los enviaron a Estados Unidos, como parte de 222 excarcelados políticos nicaragüenses.

Con los dos obispos y 15 sacerdotes de hoy, suman 37 los curas excarcelados y enviados fuera de Nicaragua en el último año, sin incluir los seminaristas ni los que han abandonado el país por razones de seguridad.

Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.

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