El gobierno de Bolivia deploró las amenazas de protestas durante la visita del papa Francisco al país la próxima semana, realizadas por mineros de cooperativas que exigen a las autoridades atención a sus demandas.
En una rueda de prensa en La Paz, el ministro de Minería, César Navarro, criticó que los mineros hayan amenazado con movilizarse a partir del próximo martes 7, un día antes de la llegada de Francisco a Bolivia, si el Ejecutivo no atiende sus reclamos.
"El hecho de dar un ultimátum hasta el 7 de julio para que demos respuestas a las cooperativas mineras (...) es un chantaje que refleja el comportamiento inmaduro e irresponsable de algunos dirigentes", señaló Navarro.
Agregó que las advertencias son injustificadas porque las autoridades y los dirigentes del sector vienen dialogando en las últimas semanas y ya se ha atendido algunas de sus demandas.
En una reunión celebrada el martes en la ciudad andina de Oruro (oeste), los mineros cooperativistas resolvieron dar ese plazo al gobierno para que responda a sus reclamos, que incluyen la disminución de precios del material explosivo que usan en sus operaciones y ventajas para pagar sus deudas con el Estado.
Navarro resaltó que el Ejecutivo "está respondiendo de manera gradual, responsable y positiva a las demandas" de este sector, e insistió en que sus amenazas parecen un "chantaje al gobierno por la llegada del papa la próxima semana a Bolivia".
Visita del papa
Francisco visitará Bolivia del 8 al 10 de julio, dentro de una gira suramericana que también incluye a Ecuador y Paraguay.
El pontífice llegará procedente de Ecuador a la ciudad de El Alto y permanecerá algunas horas en la vecina La Paz, antes de desplazarse a Santa Cruz (este), la urbe más poblada de Bolivia.
En esa ciudad oriental, el papa permanecerá dos días en los que, entre otras actividades, celebrará una misa multitudinaria y visitará la prisión de Palmasola, la más conflictiva del país.
El presidente Evo Morales y sus ministros aprobaron este miércoles un decreto que declara festivos el 8 de julio en La Paz y el 9 en Santa Cruz, para facilitar la asistencia de la gente a los actos previstos en ambas regiones con motivo de la llegada de Francisco.