Para corregir el desbalance de géneros, las autoridades del gigante asiático prohibirá las pruebas ultrasónicas para detectar el sexo del feto, paso previo al aborto de embriones de genero femenino.
China sancionará fuertemente las pruebas ultrasónicas y el aborto selectivo de fetos femeninos para poder corregir el desequilibrio numérico que existe entre mujeres y hombres desde que se implementó la "política del hijo único" introducida hace más de 20 años.
Aunque el aborto selectivo está prohibido desde hace unos años, "como nueva medida, vamos a redactar nuevas revisiones de la Ley Criminal para hacer efectiva la prohibición", señaló Zhang Weiqing, responsable de la Comisión Nacional de Planificación Familiar.
La "política del hijo único" puesta en marcha a principios de la década de 1980 para frenar el crecimiento demográfico del país más poblado del mundo penaliza como norma general tener un segundo hijo.
Por este motivo es frecuente que las familias chinas aborten cuando saben que el feto es de una niña y valoren más el nacimiento de un varón, puesto que éste se hará cargo en el futuro de la mantención de su familia dado el precario sistema de pensiones.
Esta práctica ilegal ha provocado que el desequilibrio de géneros en China sea el mayor del mundo, ya que nacen 119 niños por cada 100 niñas. "El Gobierno considera urgente equilibrar esta desproporción", señaló Zhang.
Según expertos consultados por la agencia de noticias estatal Xinhua, incluir el aborto selectivo y la detección de género en la Ley Criminal es la medida más efectiva, aunque no señalaron qué tipo de penalización debería aplicarse.
China, el país más poblado del mundo, alcanzó el jueves 6 de enero oficialmente la cifra de 1.300 millones de habitantes y, aunque en algunas zonas rurales y de minorías étnicas se permite a las familias tener hasta dos hijos, no parece que de momento se vaya a abandonar la "política del hijo único".
Los expertos, sin embargo, señalan que sería conveniente permitir tener más hijos para evitar el envejecimiento de la población, ya que, a este ritmo, en 2030 podría haber 400 millones de ancianos en China, o un 26 por ciento de su población. (EFE)
