Los bomberos que asistieron las labores de emergencia en el 11-S en Nueva York sufren desde entonces un aumento de casos de cáncer, según un nuevo estudio que contradice el último informe oficial que desvincula esta enfermedad de las cenizas y el humo que provocaron los atentados.
Así consta en un nuevo estudio encargado por el Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY, por su sigla en inglés), financiado durante siete años con fondos federales, parte de cuyo contenido fue adelantado por el diario New York Post y que se publicará este jueves en la revista científica británica The Lancet.
El Departamento de Bomberos asegura haber descubierto un aumento de los casos de leucemia entre los bomberos que trabajaron en la "zona cero", según el citado diario, que añade que antes del 11-S la incidencia de cáncer en este grupo "era significativamente menor" que entre el resto de la población y tras los atentados esa tasa se ha igualado.
Para elaborar el estudio, el jefe de los servicios médicos del FDNY, David Prezant, examinó a lo largo de los últimos siete años los historiales de 11.000 bomberos y oficiales del cuerpo que trabajaron durante el 11-S, y comparó esos datos con los de los mismos empleados antes de los ataques, según el rotativo.
Estudio contradice informe oficial
Estas conclusiones contradicen las del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, que en julio pasado determinó que no hay pruebas suficientes para proponer que se incluya el cáncer en la lista de las enfermedades relacionadas con los atentados y que dan derecho a ser compensado por el tratamiento.
Aquel informe no encontró evidencias médicas y científicas que demuestren una relación entre la exposición al humo y el polvo del desescombro de la "zona cero" y los casos de cáncer desarrollados.