Las rebajas en los presupuestos afectarían en sector militar y defensa.
Obama alertó que mientras más se prolonguen, mayor será el daño.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y los líderes republicanos y demócratas en el Congreso se reunirán en la Casa Blanca este viernes, el mismo día en que deben entrar en vigor una serie de recortes automáticos del gasto público, para intentar un acuerdo que los evite.
Los recortes, valorados en más de 85.000 millones de dólares, afectarán fundamentalmente al presupuesto destinado a Defensa y se irán aplicando paulatinamente durante los próximos meses si el Congreso no logra un acuerdo para impedirlos.
La Casa Blanca y el propio Obama llevan varios días alertando de las nefastas consecuencias que tendrá la aplicación de los recortes. El mandatario destacó, durante un discurso en un astillero de Newport News (Virginia), que la economía y la seguridad nacional sufrirán si se ejecutan los recortes, debido a los efectos negativos en el sector militar y de defensa.
"Cuanto más se prolonguen esos recortes, mayor será el daño", alertó Obama al rechazar el plan de los republicanos, que pretenden dejarlos en pie y dar más flexibilidad al Gobierno para decidir dónde y cómo aplicarlos.
Obama y los demócratas defienden que para evitar los recortes es necesario un acuerdo que combine reducciones presupuestarias en algunos programas sociales, con una reforma fiscal para aumentar la carga impositiva a los ciudadanos más ricos, algo a lo que se oponen los republicanos.
En un comunicado, el senador Mitch McConnell indicó que la reunión del viernes con Obama debe ser una oportunidad para mantener el "compromiso" con la reducción del gasto público. Declaró que "los estadounidenses no aceptarán otro aumento de impuestos para reemplazar reducciones del gasto ya acordadas".
Por iniciativa de la Casa Blanca, republicanos y demócratas acordaron en el Congreso en 2011 esos recortes para forzar un acuerdo de largo alcance sobre la reducción del elevado déficit público que todavía no ha llegado.
