El general David Petraeus reemplazó este sábado a George Casey, quien advirtió a su sucesor que teme que "el pueblo iraquí no llegue a pasar la página del pasado".
El nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Multinacionales en Irak, el general estadounidense David Petraeus, definió su misión en el país mesopotámico como "un difícil reto", pero volvió a insistir en que es posible sacarlo adelante.
En declaraciones efectuadas durante la ceremonia de traspaso de mando, el que recibió del saliente oficial a cargo, el general George Casey, Petraeus también admitió que "la carga es demasiado pesada para una sola persona, por eso tendremos que compartirla y avanzar juntos".
Casey, por su parte, expresó sus temores de que "el pueblo iraquí no llegue a pasar la página del pasado".
El acto tuvo lugar en el Campamento Naser (que los estadounidenses llaman "Victory Camp"), en las cercanías del aeropuerto internacional de Bagdad, al oeste de la ciudad.
A la ceremonia asistió el embajador estadounidense en Irak, Zalmay Khalilzad, y el consejero iraquí de Seguridad Nacional, Mwafeq al Rubaei, pero no estuvo presente el primer ministro, Nuri al Maliki.
Petraeus se encargará de poner en marcha los nuevos planes del Ejército estadounidense para la zona, incluida su participación en el plan de seguridad del Gobierno iraquí para Bagdad.
Para este plan, el presidente de EE.UU., George W. Bush, anunció el envío de 21.500 soldados adicionales que se suman a los 132.000 militares ya están presentes en Irak.
En una reciente comparecencia ante el Senado estadounidense, el general describió la situación como "nefasta", aunque sostuvo que todavía hay motivos para la esperanza.
"Lo que nos espera no será ni rápido ni fácil. Sin duda, habrá días duros (...), pero duros no quiere decir desesperados", dijo Petraeus en su declaración hace dos semanas.
Con 54 años, el oficial tiene una amplia experiencia en Irak, pues participó en la invasión de 2003 al mando de la 101ª División Aerotransportada, y ha estado destinado tres años en la difícil provincia de Nínive, al norte del país. (EFE)
