Hernán Larraín dijo que, "lamentablemente", el autor confeso del crimen del ex comandante en jefe está fuera del alcance de los tribunales chilenos como para aclarar "de quién recibió la orden".
El titular de la Cámara Alta, Hernán Larraín, consideró que la presunta responsabilidad del ex dictador Augusto Pinochet en el asesinato del general Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, "será siempre materia de decisión judicial, porque es muy difícil para cualquier persona opinar". El senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) estimó que hay razones para pensar que la verdad completa no será posible de lograr.
"Dejemos que los tribunales establezcan toda la verdad posible, a veces no es toda la verdad que uno quisiera, pero dejemos que eso caiga en manos de los tribunales y una vez que esos procesos terminen, si es que terminan, porque lamentablemente el autor confeso de este hecho (Michael Townley), gracias a un sistema judicial que hay en Estados Unidos, está libre en este país y no está en condiciones, ni tienen la posibilidad los tribunales (chilenos) de hacer de él declaraciones, para saber de quién recibió la orden", dijo en entrevista con El Diario de Cooperativa.
El parlamentario recalcó que "mientras no se acredite por los tribunales, prefiero no hacer ese tipo de afirmaciones" que vinculan a Pinochet con el atentado registrado el 30 de septiembre de 1974.
"Hemos visto en otros hechos, en este último tiempo, afirmaciones que condenaban a una persona por hechos muy brutales, y el tiempo demostró que no lo era", señaló Larraín, quien muchas veces "uno puede dejarse impresionar por versiones de prensa, por versiones externas".
El senador, quien el jueves 30 de septiembre asistió al homenaje que rindió el Ejército al desaparecido ex comandante en jefe, expresó que se trató de un acto "positivo, sano y necesario", tanto para la institución castrense como para Chile.
"Creo que el general (Juan Emilio) Cheyre, el alto mando en general del Ejército, han tomado un paso muy, muy positivo, muy sensible al interior de la institución, que permite que ese tipo de situaciones que de alguna manera generaban conflicto, eran piedras en el zapato, que dificultaban el caminar institucional, se puedan resolver", agregó.
La ceremonia con que los militares recordaron a Prats -añadió- "no fue una cosa meramente simbólica, creo que las palabras del general Cheyre, toda la forma en que se revistió este hecho, en el cementerio, con una alocución del cardenal (Francisco Javier) Errázuriz, dándole un sentido más espiritual, más trascendente, más de condena moral a los hechos que ocurrieron cuando se asesinó brutalmente al general Prats y su señora".
Hernán Larraín concluyó que al mando de Cheyre, como también sucedió con su antecesor, Ricardo Izurieta, el Ejército muestra "una voluntad de legitimarse absolutamente como una institución democrática dentro del estado de Derecho, subordinada, y que los hechos del pasado hay que analizarlos, no hay que reescribirlos, hay que sacar experiencias, lecciones, pero hay que seguir caminando".
