El clérigo relató su actuar en el caso cuando conoció las denuncias en voz de James Hamilton.
El sacerdote reconoció que "debí haber clarificado que mi ánimo era ayudarlo sacerdotalmente".
El obispo auxiliar de Santiago, Cristián Contreras, relató que cuando conoció las denuncias de abuso sexual contra el sacerdote Fernando Karadima sintió "dolor, impotencia y rabia".
Contreras comentó a Ciper Chile que sintió "dolor, impotencia y rabia muy grandes al constatar el sufrimiento de personas causado por comportamientos de un sacerdote. Fernando Karadima era visto por sus seguidores como 'el' modelo de vida sacerdotal".
"A él lo conocía como persona pública, admirada por sus discípulos, pero también con muchos críticos al interior de la comunidad eclesial. Nunca tuve una relación personal con él", comentó Contreras en sus primeras declaraciones desde que estalló el caso.
El obispo auxiliar detalló que conoció el relato de James Hamilton a través de su esposa quien se acercó a él para hacer "un recuento de la situación que estaba viviendo con su esposo", relato que puso por escrito.
Allí "trataba de la situación de su esposo con el sacerdote Karadima y de su situación familiar. Era su verdad. Y yo anhelaba internamente que su situación matrimonial pudiera ser restaurada. A eso quería apostar".
Posteriormente se reunió con James Hamilton cuyo relato consideró que "era muy coherente a la vez que muy adolorido. Y sentí un padecimiento muy grande por lo que él estaba viviendo, por las consecuencias que le estaba trayendo a su vida personal y matrimonial. Le dije que era él quien debía poner por escrito su relato".
La situación de Juan Carlos Cruz, a quien considera como su "hermano menor", la conoció en 2009 cuando llegó a Chile.
Los errores
Contreras comentó que él esperaba ofrecer ayuda religiosa a James Hamilton, sin embargo, el médico anhelaba algo más por parte suya.
El obispo sostuvo que "pensé que lo que podía ofrecerle como sacerdote era más bien la escucha, la atención a un hombre roto por dentro. Paralelamente a eso pensaba que la institucionalidad del Arzobispado estaba funcionando, es decir, el trabajo del promotor de justicia y también la investigación que estaba llevando adelante el Cardenal Errázuriz".
"Creo que ahí, quizás en la primera conversación que tuve con él, debí haber clarificado que mi ánimo era ayudarlo sacerdotalmente", apuntó Contreras quien aseguró que eso "creó en él expectativas".
Por ello, respecto al rol de Errázuriz sostuvo que " el cardenal no era el jefe de la Iglesia en Chile, era el arzobispo de Santiago. Y fue él quien envió los antecedentes al Vaticano, pero es cierto y reconocido que toda esta infausta situación ha dañado personas y de paso a la Iglesia de la que son parte James Hamilton, Juan Carlos, José Andrés y Fernando Batlle. Soy consciente de ello. Ha dañado mucho".
"Yo hice todo lo posible, pero no me corresponde hacer públicas mis gestiones", puntualizó.
