El reputado medio británico tildó al Presidente Piñera de "político inepto".
Ricardo Lagos y Michelle Bachelet también recibieron halagos y críticas.
El reputado semanario británico The Economist reiteró sus críticas al Presidente Sebastián Piñera al calificarlo como un "político inepto" al analizar las movilizaciones sociales del último tiempo, centradas en el conflicto estudiantil.
El medio afirmó en la nota que "parte del problema es que el señor Piñera ha demostrado ser un político inepto, visión que no se limita a la oposición".
Esta no es la primera crítica del periódico al Mandatario, ya que en octubre pasado analizó las movilizaciones estudiantiles y consideró que Piñera "está intentando desviar el debate sobre la educación en uno sobre la ley y el orden", al aludir el proyecto para criminalizar las tomas, los saqueos y los encapuchados.
Anteriormente, en junio del año pasado la publicación dio cuenta de la baja popularidad del Mandatario, cuestionando su estilo gerencial de Gobierno.
The Economist también se refirió en su momento a la ex Presidenta Michelle Bachelet en una columna titulada "Bachelet tries again" (Bachelet lo intenta de nuevo) cuando en marzo de 2007 mostró el descontento ciudadano luego de la denominada "revolución de los pingüinos" y el fracaso en la implementación del Transantiago.
"Sus dificultades comenzaron con inesperadas protestas multitudinarias de los escolares. Se ha incluido una desaceleración del crecimiento económico, del 5,7 por ciento en 2005 al 4,0 por ciento el año pasado, que algunos chilenos piensan que puede reflejar la falta de confianza en el Gobierno. Culminó con un nuevo sistema de bus fallido en Santiago", señaló el periódico en ese momento.
Sin embargo, tres años después, el semanario alabó a la ex Presidenta con una columna titulada "El modelo de Bachelet" donde destacó su gran popularidad y que "se ha convertido en uno de los líderes políticos más formidables de América Latina".
El Gobierno de Ricardo Lagos también fue objeto de análisis del medio, el cual destacó su alta adhesión ciudadana en 2005 con un 65 por ciento de aprobación, entre los más altos de América.
