Los mineros aún no logran superar las secuelas del accidente.
"A veces, me cuesta hablar, moverme, abrir los ojos, no me sale la voz", relató Jimmy Sánchez.
A un año del derrumbe en la mina San José, que terminó meses después con el exitoso rescate de los 33 mineros atrapados, los protagonistas de la historia no han podido superar las secuelas económicas y sicológicas del accidente.
Así lo confirmó Claudio Yáñez, quien explicó: "estamos recomplicados, porque no estoy trabajando y estoy a punto de ser papá por tercera vez y se me complica un poco la vida por no tener plata para la familia".
Jimmy Sánchez, el joven fanático de Universidad de Chile, admitió que "todavía no me siento apto para volver a trabajar, me siento mal sicológicamente, he tenido pesadillas, duermo cinco minutos y despierto. A veces, cuando estoy despertando, me cuesta hablar, moverme, abrir los ojos, no me sale la voz, pero hay que tirar para arriba no más".
Uno de los ausentes de las actividades conmemorativas que se realizan este viernes en Copiapó es Edison Peña, quien ha presentado varios cuadros depresivos.
En tanto, el minero boliviano Carlos Mamani, quien desechó la oferta que le hizo el presidente de su país, Evo Morales, para regresar a su tierra con una casa y trabajo, se dio tiempo para "agradecer a toda la gente que hizo algo por nosotros".
