Presidente del sindicato de la Minera San Esteban asegura que se sienten "relegados".
"Estamos esperando el 40 por ciento que nos deben", señaló Horacio Vicencio.
A tres días del primer aniversario del accidente que dejó atrapados a los 33 mineros chilenos en Atacama, los 261 trabajadores de la Minera San Esteban que se quedaron sin trabajo esperan que se agilice el pago del 40 por ciento de la indemnización que aún se les adeuda.
Horacio Vicencio, presidente del sindicato de la compañía, dueña del yacimiento San José, donde se produjo el derrumbe, aseguró a EFE que los operarios que no sufrieron el encierro se han sentido relegados, eclipsados por la mediática epopeya que protagonizaron los llamados 33 de Atacama, que resistieron 70 días atrapados a 700 metros de profundidad.
"Hasta el momento (la empresa) nos han pagado el 60 por ciento. Estamos esperando el 40 por ciento que nos deben de la indemnización", detalló el dirigente, que adelantó que si no les cancelan lo prometido saldrán el viernes a manifestarse en medio de las actividades programadas para conmemorar el rescate.
Según Vicencio, de 48 años, los más jóvenes no han tenido problemas en encontrar un nuevo trabajo, pero muchos siguen desempleados, han sufrido secuelas psicológicas, enfermedades y problemas familiares.
Esperan dinero a través de Enami
El pasado 29 de julio, el Gobierno se comprometió a otorgar a través de la Empresa Nacional de Minería (Enami) un crédito por 500 millones de pesos (1,07 millones de dólares) para que Minera San Esteban pague el 40 por ciento que resta de las indemnizaciones de sus trabajadores.
Una vez ofrecido el crédito, la junta de acreedores de la empresa tiene que aprobarlo antes de que la estatal pueda transferirle el dinero, una gestión que los trabajadores esperan que se concrete cuanto antes.
"Supuestamente nosotros firmamos un finiquito que nos tenían que haber pagado en marzo. Estamos en agosto y todavía no se ha cumplido ese pago. Siempre se han corrido las fechas y los más perjudicados son los trabajadores", asegura Vicencio, quien dijo que "desde que ocurrió el accidente no hemos tenido contacto" con los dueños de la minera, Alejandro Bohn y Marcelo Kennedy.
