En ambos hechos se empleó un arma cortopunzante en la zona de dormitorios colectivos.
El recinto penal no tiene espacios de segregación para internos de alta peligrosidad.
Los hechos se produjeron con siete días de diferencia y no están conectados.
Dos personas condenadas por la Justicia han muerto en menos de una semana al interior de la cárcel de Coronel, en la región del Biobío. Ambos hechos, separados por siete días de diferencia, se perpetraron empleando armas cortopunzantes y con una violencia que preocupa, principalmente a los Gendarmes.
El primer hecho ocurrió la tarde del domingo 18 de noviembre, cuando Bastián Torres (25), fue degollado por otro interno. El segundo ocurrió el domingo 25 y en el que Jorge Romo (27) murió tras ser atacado con una mortal estocada en el tórax.
Los crímenes son investigados por la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, y su jefe, el comisario Jorge Abatte, detalló que "ambos hechos ocurren en el sector de los dormitorios, en horas de la tarde, cuando se dispone el retiro de ellos hacia el interior del recinto se genera esta agresión donde resultan gravemente lesionados y posteriormente fallecidos en el Hospital de Coronel".
Gendarmes preocupados
Los hechos generan preocupación en los funcionarios que trabajan en el lugar, debido a que deben intervenir en una población penal que reside en un espacio reducido, y que pone en riesgo la integridad de los gendarmes.
Benito Sarabia, dirigente de los funcionarios de Gendarmería, señaló que esto "obedece solamente al problema de segregación histórico que tiene esta unidad penal; estamos hablando de una cárcel antigua, tradicional, los internos viven en dormitorios colectivos, donde se hace muy difícil tener control en algunos horarios".
Agregó que "este tipo de convivencia genera mayor roce entre los usuarios y por lo mismo es más probable que sucedan hechos como los ocurridos en las últimas semanas".
El tema ha sido puesto en la mesa de las autoridades y como respuesta se ha obtenido el traslado de los reos más conflictivos a la cárcel concesionada Biobío, ubicada en Concepción.
