Las organizaciones llamaron a no comprar productos procedentes de ese país.
Cancillería negó que existan reuniones previstas para negociar un convenio.
Asociaciones civiles y sindicales realizaron un llamado este lunes a "no comprar productos que provengan o tengan entre sus componentes tecnología israelí y no visitar Israel", país con el que aseguran Chile estaría negociando la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC), una afirmación que la Cancillería niega rotundamente.
Miembros de la Asamblea de Derechos Humanos, la Federación Palestina de Chile y la Central Unida de Trabajadores (CUT) señalaron que varios diputados han viajado en los últimos meses a esa nación invitados por su embajada y, según Daniel Jaudé, vicepresidente de la Federación Palestina Chilena, Chile estaría analizando la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio con el Estado hebreo.
En respuesta, fuentes de la Dirección General de Relaciones Económicas de la Cancillería negaron cualquier tipo de relación en este sentido, y aseguraron que "no hay ninguna reunión prevista" con las autoridades israelíes para tratar este tema.
El pasado 09 de febrero, el Gobierno decidió posponer las negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio con ese país, pese a que el pacto podría significar importantes avances para la agricultura y la minería nacional.
En esa oportunidad, justo después de la ofensiva a la Franja de Gaza, el entonces canciller, Alejandro Foxley, afirmó que la decisión del Ejecutivo de retrasar las conversaciones se debía a que "para negociar tiene que existir un mínimo de estabilidad política y esa es la única explicación para que la negociación del TLC con Israel se haya postergado".
Apoyo ciudadano
Mediante una declaración pública, los activistas solicitaron a los ciudadanos que presionen al Gobierno y al Parlamento para evitar que se retomen las conversaciones e instarlos a "no firmar acuerdos comerciales de intercambio ni cooperación económica, académica, política o de cualquier índole con el Estado o las universidades de Israel".
A juicio de las asociaciones, el boicot y las sanciones a Israel son "una herramienta adecuada" para "apoyar la resistencia del pueblo palestino" y "resaltar la responsabilidad de la comunidad internacional que apoya los crímenes israelíes violando los derechos humanos y la legislación internacional".
