El menor de los cuatro hijos de la Reina Isabel II visitó la Escuela Gran Circo del Mundo, entidad que entrega posibilidades de desarrollo artístico a jóvenes en riesgo social.
Afable y ameno se mostró el príncipe Eduardo de Inglaterra en la visita que este jueves realizó a la Escuela Gran Circo del Mundo, entidad emplazada en la Quinta Normal que entrega posibilidades de desarrollo artístico a jóvenes en riesgo social.
Pese a mantener la protocolar distancia con la prensa, el representante de la corona británica se mostró muy interesado en las actividades preparadas para su visita, que duró cerca de una hora y media, e incluso se dio el tiempo para realizar un poco de malabarismo.
Uno de los artistas del Gran Circo del Mundo, Exequiel, comentó que el hijo menor de la Reina Isabel II fue "súper buena onda, natural, espontáneo" y que "con lo de los malabares, nada que decir. Tiene dedos para el piano el hombre".
Por su parte, el director de la escuela, Bartolomé Silva, señaló que es notorio que el príncipe, además de su formación militar, estudió teatro.
"Se nota que es una persona que ha vivido el arte, el teatro específicamente. Entonces, la conversación estuvo muy fluida en ese sentido. Hablamos mucho como el arte, como el trabajo del arte, el teatro en general y todas la artes ayuda al desarrollo de las personas", señaló.
Tras la visita al Gran Circo del Mundo, Eduardo se trasladó al Palacio de La Moneda donde fue recibido por el Presidente Ricardo Lagos.
Tras ese encuentro, el príncipe participará en almuerzo que el canciller Ignacio Walker ofrecerá en su honor en la Academia Diplomática.
Eduardo, que ostenta el título del conde de Wessex, es el menor de los cuatro hijos de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo.
Luego de su matrimonio con Sophie Rhys-Jones en 1999, con quien tiene una hija, recibió el título de conde de Wessex y Visconde de Severn.
