Está encabezado por la fundación Rostros Nuevos y la empresa Konecta.
Ocho personas con enfermedades de ese tipo iniciaron su trabajo en un callcenter.
La fundación Rostros Nuevos, del Hogar de Cristo, y la empresa chileno-española Konecta pusieron en marcha este martes un proyecto de inserción laborar para personas con discapacidad mental.
"Las personas con capacidades distintas son muy buenos trabajadores, cuidan su trabajo, lo hacen bien, lo valoran, saben que las alternativas que tienen son escasas, por lo tanto son excelentes trabajadores y aportan en el clima laboral, dado que le ponen otro componente y son capacidades distintas. Nos hace muy bien desde la diversidad", señaló el director ejecutivo de Rostros Nuevos, Felipe Gross.
Los ocho beneficiaros de la fundación, que tienen diagnósticos como retardo mental y esquizofrenia, iniciaron su trabajo como asistentes de calidad de un callcenter.
