Así opina el médico Pablo Troncoso, de la Corporación de Transplante.
Para el diputado Juan Luis Castro, en cambio, es "un avance".
La ley que entró en vigencia este martes convierte en donantes a todos los adultos. Para dejar de serlo debe expresarse en una notaría.
Este martes 1 de octubre entró en vigencia la nueva Ley de Donante Universal, que convierte a toda persona mayor de 18 años automáticamente en donante de órganos, y dispone que quien no quiera serlo deberá manifestarlo en una declaración jurada ante notario.
Para el médico Pablo Troncoso, miembro del directorio de la Corporación de Transplante, esta norma podría no ser la mejor solución.
"Nosotros creemos que no va a tener un efecto. Por el contrario, pensamos que puede en algún momento perjudicar la donación", dijo.
"Básicamente la opinión es que el efecto no apunta necesariamente a lo que uno quiere obtener. La experiencia previa demuestra que así fue", explicó el médico.
"Cuando se instaló, por ejemplo, la figura del donante universal el año 2010 no se tradujo necesariamente en un aumento del número de donantes", indicó Troncoso.
Una mirada distinta es la del diputado socialista Juan Luis Castro, miembro de la Comisión de Salud de la Cámara Baja, que considera la ley "una muy buena noticia, un paso más", pese a que no sea "la solución completa de la escasez de órganos que tenemos en Chile".
"Durante el año 2013 hubo un discreto aumento de la donación, pero estamos lejos todavía de los estándares internacionales", y esta nueva norma es una "solución" en miras de "salvar vidas".
"Lo que falta es tener un aparato hospitalario y administrativo que pavimente el camino de la ley", consideró el legislador.
Actualmente en Chile hay más de 1.800 pacientes a la espera de un trasplante, la mayor parte de ellos por un riñón.
