Cómo se relaciona el uso de drogas con la explotación sexual infantil

A raíz de casos policiales ocurridos en el último año referentes a casos de explotación sexual infantil, la psiquiatra infantil Elsa Peralta, de la clínica Centro Nevería, explicó algunos puntos sobre la relación entre este fenómeno y el uso de drogas.

En primer lugar, la especialista especifica que el término "explotación sexual infantil" se prefiere al de "prostitución", por cuanto "implica la toma de conciencia y poder visualizar el carácter de comportamiento sexualmente abusivo contra los niños, niñas y adolescentes explotados". Añadió que es "considerada como una de las peores formas de trabajo por violar los derechos fundamentales de la infancia y descrita como una forma de esclavitud moderna".

El Sename (Servicio Nacional de Menores) "define la explotación sexual como todo tipo de actividad en que una persona usa el cuerpo de un niño/a o adolescente para sacar provecho de carácter sexual y/o económico, basándose en una relación de poder. Considerándose explotador tanto aquel que intermedia u ofrece la posibilidad de relación con un tercero como aquel que mantiene la misma con el menor, no importando su frecuencia", explicó.

Esta explotación infantil tiene diferentes manifestaciones, que incluyen: "la pornografía, turismo sexual y de tratas, siendo este último el tercer negocio más lucrativo del mundo, después del tráfico de drogas y de armas. En términos estadísticos es difícil estimar la real dimensión de este crimen, por ser una actividad oculta y poco visualizada, pero se estima que alrededor de 4,5 millones de niños y niñas en el mundo sufren de explotación sexual", apuntó, basándose en datos de Unicef.

El fenómeno en cuestión es "multicausal, donde las víctimas habitualmente provienen de sectores empobrecidos, marginados, donde la vulneración es casi cotidiana. Es frecuente encontrar altos índices de deserción escolar, carencias físicas y afectivas, negligencia y maltrato. Es aquí donde encontramos el consumo de sustancias como una dinámica que gravita en torno a la marginación, exclusión social y vulneración de derechos, más allá que un factor causal".

"Los explotadores son habitualmente seductores y generan un clima de cercanía, brindando favores de diversa índole a cambio, pudiendo ser dinero para satisfacer necesidades básicas hasta acceso a drogas. Esta a su vez puede ser utilizada como anestésico del horror al cual estos menores están sometidos. Claramente el consumo de sustancias a temprana edad, se instala en éstos contextos e irrumpe en el desarrollo normal siendo de altísimo riesgo para la salud", explicó Peralta.

En cuanto las estrategias que se pueden implementar a nivel público para el problema, deben apuntar "fundamentalmente a una integridad de la intervención e intersectorialidad. Siendo tan complejo el fenómeno requiere que los actores institucionales y comunitarios se articulen de manera tal, que puedan potenciar sus recursos y generar las mejores estrategias con pertinencia local y cultural. Esto necesariamente implica mayor investigación cuanti y cualitativa, educación como herramienta preventiva universal y políticas públicas que apunten a la inclusión social, detección temprana y reparación".