La Mandataria e hijas del fallecido Presidente depositaron flores antes de dirigirse al Salón Blanco.
La ceremonia contó con la presencia de la mayoría de los ministros.
En una sentida ceremonia, la Presidenta Michelle Bachelet dio por reabiertas las dependencias del Salón Blanco Presidente Salvador Allende, en el marco de la conmemoración de los 35 años del golpe militar que derrocó al malogrado Jefe de Estado.
Cargando rosas rojas en sus manos, la Presidenta depositó las flores frente a una placa recordatoria en el lugar donde se ubicaban las dependencias de la oficina de Allende.
Bachelet fue acompañada por Isabel Allende, su hermana Carmen Paz y Amaya Fernández, hija de la fallecida Beatriz Allende, quien trabajó estrechamente junto a su padre.
En la sala reabierta, que corresponde al despacho que el ex Mandatario ocupaba el 11 de septiembre del 1973, está el escritorio, un retrato del presidente, un busto de Simón Bolívar, el teléfono que usaba, fotos familiares y donde la secretaria, Patricia Espejo, relató anécdotas ocurridas en el salón donde solía trabajar el fallecido presidente.
En un ambiente de emoción, Isabel y Carmen Paz acariciaron los muebles recordando a su padre, mientras Bachelet las condujo hacia el salón contiguo, donde fue hallado el cuerpo de Allende, amoblado con un sillón rojo y tapices en las paredes.
La comitiva fue recibida con aplausos antes de que Bachelet ocupara su lugar en el podio para dar sus palabras.
En el Patio de los Cañones, la ceremonia contó con las palabras del capellán católico de la Moneda Percival Cowley, seguidas de una interpretación de la canción "El Aparecido", antes de que la Presidenta iniciase el recorrido con las hijas del derrocado presidente.
