Tres dirigentes sindicales quedaron en libertad tras su protesta del lunes.
Uno de ellos acusó una "frescura" del fiscal al calificarlos de "pandilla".
En libertad pero con prohibición de acercarse a la Línea 5 quedaron los tres trabajadores del call center Konecta detenidos tras la protesta que lideraron bajando a las vías y que interrumpió por más de una hora ese servicio de Metro el lunes.
Los dirigentes Claudia Pérez, Miguel Jaramillo y Sergio Alegría fueron formalizados por desórdenes públicos e infracción a la ley de Ferrocarriles, por obstruir la línea férrea con peligro de descarrilamiento.
Se fijó un plazo de 60 días para que el Ministerio Público investigue los hechos.
Los imputados salieron entre aplausos del 14º Juzgado de Garantían, donde una veintena de trabajadores los esperaban. Ahí Sergio Alegría hizo un llamado al Gobierno.
"Nos parece una frescura que un fiscal tilde de pandilla el accionar de los sindicatos de este país. Segundo, nos parece necesario que el Gobierno entienda que aquí hay una ineptitud permanente de tratar los problemas sociales y sindicales en este país"
Ante ello, "la medida nos parece una arbitrariedad, lo que hicimos no es un delito", recalcó Alegría, y mientras repudiaron la posibilidad de que se les aplique la Ley de Seguridad del Estado, anunciaron nuevas manifestaciones.
