Coco Legrand puso humor de calidad en la noche de Bafona

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Autor: Cooperativa.cl

El humorista hizo una rutina delirante, para engrandecer una jornada de Festival marcada por la sorpresiva recepción del "monstruo" al cuadro de bailes típicos del Ballet Folclórico Nacional.

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Por J. Raúl Martínez rmartinez@cooperativa.cl

 

Los bailarines y músicos del Bafona recordarán por años la experiencia que tuvieron en la cuarta noche de la versión 2006 del Festival de Viña del Mar, porque de ser un simple número de transición, pasaron a erigirse como el número más aplaudido de esta 47ª edición del certamen y -de hecho- en el que más premios logró: Antorcha de Plata, Antorcha de Oro y dos Gaviotas de Plata.

 

En un día sin obertura, la presentación del Ballet Folclórico Nacional (Bafona) resultaba similar y sobre todo adecuada para introducir la competencia respectiva, pero lo que provocó el público de la Quinta Vergara descoló a todos.

 

Con un collage de bailes típicos, desde altiplánicos hasta cuecas, pasando por Isla de Pascua, el Bafona tocó la fibra más íntima de un "monstruo" particularmente receptivo, que ovacionó al ballet al final de su puesta en escena.

 

Hasta ahí, todo iba bien, pero los aplausos aumentaron y se potenciaron con pifias en demanda de un premio para el grupo. Algo descolocados, los animadores terminaron entregando una Antorcha de Plata al Bafona, lo que sólo sirvió de leña para la caldera viñamarina, que exigió más y más, obviando las presentación de Myriam Hernández hizo -en tres ocasiones- de la canción de Colombia en la competencia folclórica.

 

Antorcha de Oro y nada... la pifia sigue. La Gaviota de Plata llega para Bafona, pero ni el trofeo en manos del director del ballet, Sergio Soto, calma al respetable, que ahora pide el mismo galardón en su versión de oro.

 

En el escenario, las dos representantes colombianas no quisieron cantar, en solidaridad con el folclor chileno, pero sin duda también para no exponerse a una rechifla monumental. Sabia decisión, porque ante el clamor popular, Sergio Lagos explicó que en forma "especial" el Bafona tenía su segunda Gaviota.

 

Kansas fue más que simple polvo para el Festival

 

El grupo Kansas fue una apuesta arriesgada, motivada en la premura de perder a Journey el 21 de febrero, a un día de la primera noche de Viña 2006. Y aunque para muchos pudo parecer un relleno, los estadounidenses aportaron esa cuota de nostalgia rockera que en años anteriores estuvo a cargo de Toto, The Orchestra e incluso Creedence Clearwater Revisited.

 

Kansas, tal como ocurrió con José Feliciano y A-Ha, alimentó sospechas sobre la contratación de números casi sacados de "un baúl", que poco tenían que aportar a un evento que muchos puristas exigen sea completado casi con el top ten del Billboard.

 

Pero el quinteto mostró un show que no era "Dust in the wind" con temas de relleno, sino algo más de esa fórmula que le reportó éxito a partir de 1974, cuando debutaron con su disco homónimo.

 

Bajo la batuta del violinista Robby Steinhardt y del tecladista Steve Walsh, Kansas repasó partes seleccionadas de su repertorio, muy vinculado a los orígenes del rock progresivo, pero que indudablemente culminó con el gran clásico de su carrera, que en Chile incluso versionaron Los Mox!, en una notable adaptación al español.

 

Tras "Dust in the wind", el público sobrio que aplaudió a Kansas aumentó su intensidad y demandó una Antorcha para los "gringos", quienes efectivamente fuera de programa entregaron un par de canciones más: "Portrait (He knew)" y "Carry on my wayward".

 

Un buen número de rock clásico para iniciar la noche, lejos del concepto de relleno, del que Viña ya tuvo suficiente en la víspera con Julio Sabala y Javier Estrada.

 

Coco Legrand y el oficio de un maestro

 

Pocas dudas habían sobre el éxito de Coco Legrand en la Quinta Vergara, las apuestas pasaban por cuánto tiempo estaría el humorista sobre el escenario. Incluso, se podía dar por descontado que hasta la Gaviota de Plata era un premio que sí o sí recibiría el comediante.

 

En algo más de una hora, Legrand instaló un café concert en el Festival 2006, porque el monólogo del autodenominado "viejo sesentón" fue seguido casi como en un teatro, con atención exclusiva y constantes carcajadas con las situaciones que describe.

 

El "motoquero" no cuenta chistes, cuenta historias, y es eso lo que premia el público, esa combinación de lugares comunes y ridiculización del chileno promedio, ahora sumido -como sentenció- en cambios profundos, por las diferencias que hay entre hombres y mujeres, sobre todo en un país que ahora será gobernado por una fémina.

 

Coco Legrand no olvidó mensajes de obvio contenido social, que disfrazados con risas pueden haber hecho reflexionar a más de alguno.

 

"Contentísimo" con su presentación, el humorista optó por un reducido bis tras lograr una Antorcha de Plata, una Antorcha de Oro y una Gaviota de Plata, porque "el tiempo me estaba jugando una mala pasada".

 

Legrand, cuyo verdadero nombre es Alejandro González, destacó que "quería hacer lo mío, estar con la gente y cumplir (...) creo que ya estaba bueno" y como dijo sobre el escenario, "quería ver a Joe Vasconcellos" y seguir atentaba contra un colega, lo que entendió perfectamente el "monstruo".

 

La hora conspiró en parte contra Joe Vasconcellos

 

El número de cierre de cada noche de Festival de Viña puede correr únicamente dos suertes: ser esperado por miles con devoción -como ocurrió con Chancho en Piedra- o verse perjudicado por el frío y el sueño que ya pasadas las dos de la madrugada comienza a mermar al público.

 

La segunda opción estuvo más cerca de lo que vivió Joe Vasconcellos, quien tocó sus últimos tres temas, ya sin transmisión televisiva, ante una Quinta en desalojo e incluso con su pantalla gigante desconectada.

 

El ex integrante de Congreso mereció mejor destino, porque sonó bien y acompañado de buenos instrumentistas presentó una selección de los éxitos que ha cosechado en su carrera solista, como "Las seis", "Sólo por esta noche" y el cover de "La joya del Pacífico".

 

Al cerrar la cuarta jornada del 47º Festival de Viña del Mar, Vasconcellos también contó con menos voces para corear sus temas y para demandar premios, porque en otras condiciones, su presentación podría haber significado bastante más que sólo una Antorcha de Plata.

 

Exceptuando a Kansas, la trilogía Bafona-Legrand-Vasconcellos armó una "mini noche chilena", práctica instaurada hace un par de años por Canal 13 y que la misma estación católica desahució para este certamen, algo que se debe evaluar nuevamente, ya que efectivamente se convierte en un gancho para concurrir al tablado más importante de la Ciudad Jardín. (Cooperativa.cl)

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