Incursiona como exponente de una mezcla de reggaetón y mambo, entre otros proyectos.
Su idea es trasmitir alegría a la gente, tal como su fallecido progenitor.
Carlos, uno de los 13 hijos del fallecido cantante Luisín Landáez, tributó a su progenitor el martes en su funeral cantando a capella "Macondo" antes de que su ataúd fuera depositado en el Mausoleo de los Artistas en el Cementerio General.
Fue una muestra de las dotes que heredó de su padre, al igual que su actitud frente a la vida. "(Mi padre fue) una persona muy alegre, cien por ciento entregado a lo musical, una persona muy cauta, muy sincera, una persona que supo vivir la vida muy bien, y fue feliz", dijo el descendiente chileno del intérprete de "La piragua".
Según indicó, cada vez que le toca actuar en algún local la gente se le acerca a contar anécdotas sobre quien fuera uno de los mayores exponentes de la cumbia en Chile, cariño que espera retribuir siguiendo una carrera como artista.
"En este momento tengo grabada una producción, de una nueva mezcla musical que se llama reggaeton-mambo, y mis propios proyectos también que estoy grabando aparte", relató a Cooperativa.cl.
Respecto de las exequias a las que asistieron cientos de personas, consideró que fue "un bonito homenaje y reconocimiento", pese de que pienso "pudo haber venido mucho más gente", recalcó.
"El está mucho mejor ahora, ya que el hace rato había dejado de vivir su vida como artista. En Chile somos bastante ingratos, sobre todo con los artistas, los apoyamos bastante, sobre todo cuando está bien, pero luego los olvidamos fácilmente, sobre todo la gente que nació después de los 80", indicó.
