La gira en que el cantautor catalán muestra sin aditivos sus más conocidos temas recaló por fin en su tierra natal, donde fue ovacionado de pie en la primera de sus cuatro presentaciones.
La emoción y la solemnidad tiñeron la lluviosa noche del reencuentro entre el público barcelonés y Joan Manuel Serrat, que regaló a su ciudad natal un concierto sobrio y conmovedor, en la primera de las cuatro actuaciones que ofrecerá el cantautor en el Teatre Grec hasta el domingo 10 de julio.
Guitarra en mano, acompañado únicamente por el pianista Ricard Miralles, Serrat presentó sus temas míticos casi desnudos, sin aditivos -"en paños menores" como a él mismo le gusta decir-, en un formato muy distante de los pilares sinfónicos en que se sustentó su anterior gira.
Tras someterse a una operación de cáncer de vejiga, que le obligó a retirarse varios meses de los escenarios, el retorno del cantautor a Barcelona, nordeste español, no podía haber generado mayor expectación.
Las entradas para los cuatro conciertos del músico más querido de la ciudad, enmarcados en el Festival Grec 2005, estaban agotadas hace semanas.
Serrat y Millares recibieron una larguísima ovación al aparecer por parte de las 2.000 personas apiñadas en las gradas del Teatre Grec, uno de los escenarios más emblemáticos de la ciudad, cercano al Poble Sec que vio nacer al músico hace 62 años.
Antes de empezar, Serrat pidió un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados terroristas perpetrados este jueves en Londres. "La expresión artística es una expresión de libertad", dijo el músico, antes que el silencio se cerniera sobre el Teatre.
Levantándose del taburete y dejando la guitarra, Serrat sorprendió al interpretar "Señora", un tema que hacía años que no tocaba en directo. "Dejé de tocar esta canción cuando dejé de sentirme protagonista de la historia; de eso hace ya un montón de tiempo", comentó un irónico Serrat.
La lluvia se hizo presente en el escenario al aire libre del Teatre Grec, una ligera llovizna que dio algo un toque más romántico a temas imprescindibles como "Paraules d'Amor", coreada por los asistentes.
Cerca de dos horas de actuación tras las que recibió una ovación de pie, mostraron que Serrat, tras el trance de su enfermedad, se encuentra más cerca del público que nunca.
El cantautor confesó sentirse "muy reconfortado con esto tan maravilloso que es la vida, que nunca se para, que sigue adelante, afortunadamente", palabras tan sencillas y conmovedoras como su música. (EFE)
