Margot Loyola: voz fundamental del folclore chileno

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Autor: Cooperativa.cl

La destacada artista falleció este lunes a la edad de 96 años, por causas naturales.

Este es un recorrido por su larga y prolífica historia.

Margot Loyola: voz fundamental del folclore chileno

Margot y Violeta Parra fueron amigas, se ayudaron y respetaron mutuamente.

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Nacida en Linares el 15 de septiembre de 1918, Margot Loyola es considerada, junto a Violeta Parra, una de las máximas exponentes del folclore chileno, figura clave de la investigación de los ritmos criollos y con gran vocación de enseñanza.

Unica folclorista que ha ganado el Premio Nacional de Arte (1994), su trabajo es considerado pilar a la hora de conocer en profundidad las raíces de la música del campo, que al igual que Parra, ayudó a difundir fuera de nuestras fronteras, especialmente en Europa.

El amor por la música lo heredó de su madre, una aficionada que cantaba y tocaba guitarra y piano. Con un temprano interés en el baile, fue la progenitora de Margot quien le enseñó a afinar el oído, sin saber que con eso la impulsaba a convertirse en una de las creadoras más prolíficas de las melodías y bailes tradiciones.

A los ocho años inició su formación musical tomando clases de piano y un año más tarde incursionando en el canto. Ya siendo adolescente tomó la guitarra y formó un dúo musical junto a su hermana Estela, llamado Las Hermanas Loyola, el cual alcanzó su mayor notoriedad en los años cuarenta. 

Formación musical

Tras cursar su enseñanza media en Santiago, Margot Loyola ingresó a la Escuela Normal, estudios que dejó inconclusos en 1935 para dedicarse al folclore. Tomó clases de danza con Cristina Ventura y realizó estudios de piano en el Conservatorio Nacional de Música con Rosita Renard y Elisa Gayán, además de estudios de canto con Blanca Hauser.

En 1949, Juvenal Hernández, entonces Rector de la Universidad de Chile vio a la folclorista bailando cueca y la invitó a participar en las tradicionales Escuelas de Temporada de esa Casa de Estudios. Loyola dictó cursos hasta 1963 en estas Escuelas, en donde se originaron grupos como Cuncumén y Millaray, y los ballets folclóricos Loncurahue, Pucará y Aucamán, precedente del actual Bafona (Ballet Folclórico Nacional).

Paralelamente en 1952 la folclorista se abocó al estudio de la resbalosa y marinera en Perú para establecer comparaciones con la refalosa y la cueca chilena, con Porfirio Vásquez, el patriarca de la música negra. Loyola además estudió la cultura indígena del Perú con José María Arguedas, en Argentina estudió con Carlos Vega y en Uruguay con Lauro Ayestarán.

Desde 1972 fue académica de la universidad y el año 1998 fue nombrada con el título de Profesor Emérito de la Universidad Católica de Valparaíso. En junio de 2010, la Universidad Arturo Prat de Iquique le otorgó el título honorífico de doctor honoris causa en reconocimiento a la labor pionera que desplegara más de medio siglo antes en la investigación y difusión de las culturas pampina y andina de la zona.

Investigación y difusión

Su vasta labor como investigadora y divulgadora de las danzas y canciones folclóricas y populares de Chile la convirtió en una embajadora de nuestras tradiciones populares en Latinoamérica y Europa. Durante su carrera Margot Loyola realizó grabaciones en Chile, Francia, España y Argentina, Rumania y URSS, siendo también muy conocida su labor en las Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile desde 1949.

Destacan de sus investigaciones su metodología antropológica que ella misma describía de la siguiente manera: "Todo lo que yo investigo está relacionado con el hombre. Por eso, cuando voy al medio que pasan dos cosas: primero vivo, no pienso. Vivo el paisaje, me emociono. Descubro al hombre y aprendo de él todo lo que pueda y quiera enseñarme. Gozo viendo caminar a una mujer. Me gusta oírlas, mirarlas, tocarlas, me gusta descubrir la dimensión humana. Así aprendo cosas que ni he pensado preguntar. La observación directa y el acercamiento personal son lo primero que experimento. Luego grabo y posteriormente estudio. Indago, veo parámetros musicales, rasgos estilísticos, etc.".

Sus múltiples estudios dieron origen a dos libros: "Bailes de Tierra" (1980) y "El Cachimbo" (1994). Además de los videos "Danzas Tradicionales de Chile" (1994), "La Zamacueca" (1999) y "Los del Estribo, Cantos y Danzas Populares de Chile" (2001).

Su relación con Violeta

Aunque fue Parra quien se convirtió en la más grande leyenda del folclore chileno, ella y Margot Loyola se admiraron mutuamente y fueron muy amigas durante los 15 años que compartieron.

El respeto entre ambas fue motivado por sus talentos, respectivas investigaciones y conocimientos, lo cual detuvo cualquier rivalidad o "competencia", como lo decía Loyola, quien no gustaba de hablar demasiado de su "comadre".

En 2010, en una entrevista con el periodista y conductor de "Dulce Patria", Mauricio Jürgensen, para La Tercera, sin embargo, la artista contó más detalles del lazo que la unió con la autora de "Gracias a la Vida". "Fue Margot la que amadrinó a la mujer de San Fabián cuando en 1952 decidió lanzarse sola (tras abandonar a su hermana Hilda en el dúo Las Hermanas Parra) y le escribió las partituras de sus primeras canciones e, incluso, la llevó hasta la redacción de la revista Ecrán para presentarla como "una letrista y compositora excepcional".

Sin embargo, en el marco de esa misma entrevista, Loyola aseguró que "Violeta Parra era genial, yo nunca lo fui".

Diferencias políticas en tiempos de larga convulsión social las distanciaron también (Parra era de izquierda y Margot no comulgaba con las ideas del socialismo), aunque el cariño y la admiración siempre permaneció.

Los últimos meses

Reconocida hasta el final, el Museo de Historia Natural la homenajeó con una muestra retrospectiva que estuvo abierta al público desde noviembre de 2014 hasta marzo de 2015, en el Salón Central del Museo Nacional de Historia Natural, Chile.

En julio de 2014 recibió la medalla al mérito Abate Molina de manos del rector Álvaro Rojas y del director de la Junta Directiva, Jorge Awad.

La distinción se realizó en el Centro de Extensión de la Universidad de Talca, en su sede de Santiago, hasta donde llegó la artista, quien atribuyó un valor especial al premio, debido a que le fue concedido por una institución "maucha".

"Es el más grande reconocimiento que he recibido en mi vida, el más sentido, el más profundo, no sé qué voy a tener que hacer para merecer esto", afirmó.

En septiembre del mismo 2014 lanzó un libro sobre bailes nacionales dedicado a la Presidenta Bachelet, titulado "50 Danzas Tradicionales y Populares en Chile", realizado en conjunto con su marido Osvaldo Cádiz.

Su discografía incluye 14 LP, 6 cassettes y 7 CDs, además de otras ediciones en el extranjero, además de diversas participaciones en discos colectivos y colaboraciones con otros artistas. Entre sus publicaciones destacan: "Bailes de tierra" (1980), "El cachimbo" (1994), "La tonada: Testimonios para el futuro" (2006) y "La cueca, danza de la vida y de la muerte" (2010).

(Bibliografía: Universidad de Chile / Músicapopular.cl)

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