El primer ministro italiano, Mario Draghi, firmó este martds un decreto que resuelve que el personal de las administraciones públicas y privadas deben mostrar un pasaporte sanitario para acceder a sus trabajos.
La medida se comenzará a emplear a partir del 15 de octubre y será vigente hasta final de este año. El documento mostrará que al menos una dosis de la vacuna fue efectuada, tuvo la enfermedad o tiene un examen con resultado negativo en las horas previas a presentar dicho registro.
Los trabajadores públicos o privados que no presenten el pasaporte sanitario no podrán acceder a su puesto de trabajo o se arriesgan a multas de entre los 600 y los 1.500 euros.
El no tener el pasaporte no podrá ser motivo de despido, pero los días que pasen hasta presentar el documento se considerarán como ausencia injustificada.
El control del documento será diario y estará a cargo de un trabajador que la empresa deje como responsable de la gestión. Este podrá leer los códigos QR con una aplicación que han desarrollado los ministerios de Sanidad, Innovación y Economía. Esta no tendrá acceso a datos sobre si el certificado se debe a la vacuna o a una prueba covid.
El comprobante podrá ser solicitado con antelación, pero no más de 48 horas antes. Esto con el fin de organizar los turnos y evitar colas o aglomeración. Esta medida tiene prohibido el conservar los códigos QR por parte de las empresas y también su uso para otros fines que sean distinta al control diario de acceso al trabajo.
