Médico que operó a Frei Montalva sentencia: "Hubo manos negras"

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Autor: Cooperativa.cl

Tras un largo silencio, el cirujano Augusto Larraín afirmó a Canal 13 que sólo un agente químico externo pudo causar la lesión intestinal que terminó con la vida del principal opositor a la dictadura de Pinochet.

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La muerte del ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva adquiere cada vez más la connotación de un homicidio fríamente calculado, dejando atrás la versión oficial de la década de 1980, que responsabilizó del deceso a una crisis séptica, derivada de una infección posoperatoria.

 

Este jueves, el médico cirujano Augusto Larraín, quien intervino quirúrgicamente al líder histórico de la Democracia Cristiana (DC), reveló que la estadía de Frei Montalva en la Clínica Santa María estuvo rodeada de extraños hechos, los que sin duda están más allá de una complicación natural tras una cirugía y que apuntan a que el cuerpo del político fue contaminado con una sustancia que tenía como objetivo matarlo.

 

"Hubo manos negras", sentenció Larraín, entrevistado por "Teletrece", con lo que el galeno rompe un largo silencio, de 24 años, durante el cual también llegó a temer por su vida.

 

Según relató el profesional, los reflujos gástricos que padecía Frei Montalva llevaron a decidir la operación, que se realizó en la Clínica Santa María y que él condujo.

 

Sin embargo, tras esta primera intervención, el ex Presidente sufrió complicaciones que lo llevaron en otras tres ocasiones al quirófano de la entidad privada.

 

"Mi opinión es que hubo un agente químico externo, pero no puedo decir qué fue, quién lo puso, cómo lo pusieron", agregó Larraín.

 

De hecho, precisa el médico, estuvo presente en la segunda operación, donde comprobó que no había fallado él, pues la lesión que ahora complicaba a Frei Montalva no era atribuible a una bacteria, como se planteó oficialmente.

 

Además, la complicación ya no se ubicaba en la zona del hiato -donde se unen el esófago con el estómago-, que era la que él intervino, sino que estaba en el intestino.

 

"No había ningún signo de inflamación peritoneal, o sea no habían gérmenes, era un abdomen absolutamente limpio, libre. En cambio, esta lesión, que yo no había visto nunca, que no la he visto nunca después, sólo podía explicarse por una irritación química local", aseveró.

 

Larraín también entregó luces sobre cómo pudo infectarse el sistema digestivo de Frei.

 

"La lesión inflamatoria estaba en la parte que el ayudante bajó con la compresa, es decir que si algo se colocó o algo ocurrió o irritó, estaba en la compresa. Si yo quisiera pensar mal, pasó al lado de donde están las compresas y, sin que nadie sepa, le pongo una cosita y buenas noches", expresó entrevistado por Canal 13.

 

Aunque al ex jefe de Estado (1964-1970) se le extirpó parte del intestino comprometido, hubo una masiva contaminación, que luego provocó la septicemia que acabó con su vida el 22 de enero de 1982.

 

Augusto Larraín ya entregó su versión al juez Alejandro Madrid, quien investiga el caso y que -según la propia familia Frei- tiene convicción de que tras la muerte del ex Presidente estuvieron los servicios de seguridad de la dictadura de Augusto Pinochet, régimen al que Frei combatió políticamente, sobre todo cuando, a través de un plebiscito sin garantías legales, se aprobó la Constitución de 1980, que perpetuaba garantías de impunidad y poder para los militares que habían derrocado a Salvador Allende en septiembre de 1973.

 

"Si decía de que había existido una agresión química, evidentemente que eso tenía connotaciones que yo no las podía dilucidar, pero tenía connotaciones políticas. Respecto a mí, iba a parecer como que estaba tratando de justificarme o disminuir una responsabilidad, cuando usted opera y se muere un paciente, la responsabilidad es suya", concluyó Augusto Larraín, quien quedó marcado por la muerte de Frei.

 

De hecho, al haberse vinculado el fallecimiento a un problema de procedimiento, perdió pacientes y debió rehacer su vida profesional en el extranjero.

 

La "hebra Berríos" en la muerte de Frei Montalva

 

La muerte de Eduardo Frei Montalva está íntimamente relacionada a la investigación por el crimen del químico Eduardo Berríos, quien durante la dictadura se desempeñó como agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el organismo represor que instauró el régimen para eliminar opositores y que dependía directamente de la junta militar.

 

Según la estimación de juristas y la familia Frei, Berríos, quien desarrolló gas sarín y otros agentes tóxicos para la DINA, está detrás del compuesto con que habría sido contaminado el político.

 

Eugenio Berríos trabajó codo a codo con otro destacado agente de la DINA, Michael Tonwley, parte de la elite de asesinos del régimen y quien está vinculado a los crímenes del ex comandante den jefe del Ejército Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, y del ex canciller de Allende, Orlando Letelier, registrados en Buenos Aires y Washington, respectivamente.

 

La "hebra Berríos" se transforma en clave por la forma en que murió el químico, quien a principios de los años 90 fue secuestrado por militares chilenos, en complicidad con soldados uruguayos, siendo sacado del país.

 

De acuerdo a varios testimonios, Eugenio Berríos fue llevado a Montevideo, donde se le mantuvo cautivo, para evitar que declarara en el proceso por la muerte de Letelier.

 

Pocos años después, sus osamentas quemadas aparecieron en una playa de la capital uruguaya.

 

Actualmente tres oficiales del Ejército de Uruguay están procesados en Chile por este caso, en el que testimonios apuntan a que el propio Pinochet estuvo tras la orden de "silenciar" a Berríos, contando con la colaboración extranjera que cultivó durante la Operación Cóndor, la coordinación represiva que unió a dictadores del Cono Sur en los años 70 para la eliminación sistemática de opositores. (Cooperativa.cl)

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