Fue un acuerdo sellado e informado la madrugada del 15 de noviembre de 2019, después de jornadas particularmente violentas, especialmente en Santiago. La Moneda había dado 24 horas para alcanzarlo y no volver a declarar el estado de excepción constitucional.
Muy a pesar del Gobierno del Presidente Piñera -pues Andrés Chadwick, el primero de sus cuatro ministros del Interior, declaró categórico que no se iba a cambiar la Constitución- finalmente se abrió un proceso constituyente que hoy está en marcha.
BALANCE A DOS AÑOS
Uno de los protagonistas del proceso de diálogo político en la sede del ex Congreso en Santiago fue el entonces presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD).
"Son dos años inolvidables para quienes estuvimos esa noche ahí, porque la política hizo lo suyo, estuvo a la altura... Con el correr del tiempo uno encuentra más sentido a lo que se hizo aquella noche, más aún cuando esto fue refrendado el 25 de octubre del año pasado en el 'Apruebo' a la nueva Constitución", reflexionó el legislador.
Quintana opinó que "hoy día la Convención está haciendo lo que debe hacer", aunque "algunos demonizaron desde el día uno a la Convención Constituyente porque no eran especialistas, sino un Chile real" sus integrantes.
"Es el Chile con más educación, con menos educación, con más oportunidades, con menos oportunidades, con los pueblos originarios, con las mujeres, paritario; y por lo tanto, los que están ahí también -contrario a lo que muchos decían- lograron su principal objetivo: un reglamento en tres meses y que hoy día estén abocados a las grandes discusiones", remató.
El Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución incluyó un plebiscito de entrada que ya se hizo, uno de salida que viene para ratificar o no la propuesta de norma constitucional y si bien no quedó en el texto, se dejó claro en las conversaciones que el documento era perfectible, con una posible reforma para que la Convención tuviera representación paritaria entre hombres y mujeres e incluyera también a los pueblos originarios en escaños reservados. Todo eso hoy es una realidad.
LA DESCONFIANZA
La poca confianza hizo que el PC no firmara el acuerdo, así como tampoco lo hizo el partido de Gabriel Boric, quien decidió jugársela y poner su rúbrica a modo personal.
Hoy, desde la derecha, algunos lo apuntan a él para responsabilizarlo por los supuestos desbordes del proceso constituyente. El convencional de Renovación Nacional Ruggero Cozzi tuvo palabras al respecto.
"Gabriel Boric estuvo la noche del 15 noviembre suscribiendo este Acuerdo por la Paz, y por eso me parece sorprendente que ahora pretendan desconocer las reglas que ellos mismos suscribieron; por ejemplo, introduciendo plebiscitos dirimentes que bypassean la regla de los 2/3. No se dan cuenta del daño que le hacen a este proceso constituyente y la inestabilidad que están promoviendo", dijo Cozzi.
EL FRACASO ES EL FRACASO DE LA DEMOCRACIA
Un eventual plebiscito dirimente está sujeto al mismo mecanismo que fue utilizado para los escaños reservados y la paridad de género: una reforma constitucional.
Si bien Ruggero Cozzi habla de inestabilidad, su par de la Democracia Cristiana Fuad Chahín, quien -como entonces presidente de partido- participó también en las negociaciones por este acuerdo, destacó que la Convención está canalizando la crisis que vive el país y por lo mismo hay que fortalecerla.
"El debate y la discusión no está en la calle en protestas o manifestaciones masivas, sino que está en la Convención, en cabildos, en los diálogos con la ciudadanía; están las audiencias públicas en las comisiones, ahí se está dando la discusión y el diálogo en el marco del proceso constituyente", indicó.
"Por eso es que, a mi juicio, está funcionando este camino como un camino institucional y democrático para hacer esa discusión, y hay que trabajar para que sea un éxito, porque el fracaso de la Convención es el fracaso de la democracia", dijo el ex presidente de la DC.
LOS CONSTITUYENTES
A dos años de ese histórico acuerdo, y en el mismo edificio en que se alcanzó la madrugada del 15 de noviembre, funciona la Convención Constitucional, cuyos integrantes esta semana están desplegados en los territorios.
Los 154 convencionales buscan informar a sus representados sobre el avance de este proceso y escuchar sus aspiraciones. Por ejemplo, la presidenta Elisa Loncon actualmente está en la Región de Magallanes.
Desde la zona austral la presidenta de la convención reflexionó en torno a quienes la componen y destacó que es parte de ella incluso quienes no susbribieron al acuerdo.
"Nosotros hemos sobrepasado ese acuerdo que se hizo entre ese poder constituido y esa democracia pactada, incorporando dentro de la convención, los convencionales electos que no responden a ese acuerdo, que desbordan en representación de diversidad", dijo la representante del pueblo mapuche.
"Lo que se instala en la Convención Constitucional sobrepasa ese acuerdo por la paz en cuanto a quienes están hoy día definiendo, tomando las decisiones, respecto a la nueva constitución", agregó.
Desde la otra vereda, el convencional y ex diputado de la UDI, Rodrigo Álvarez, desde Punta Arenas agradeció la visita de la presidenta Loncon a la zona y se mostró optimista en cuanto al trabajo para sacar adelante la nueva Constitución.
"Los primeros meses evidentemente fueron meses de organización, de dictar los reglamentos, pero ahora ya estamos escribiendo la Constitución en siete comisiones", declaró.
Finalmente el convencional hizo "un llamado a que nos contacten a que nos busquen, a que nos juntemos a conversar y a transmitir también los sueños de los magallánicos en esas siete materias".
