Gordos británicos podrán recibir dinero por adelgazar
El Gobierno planea ofrecer a los obesos bonos para canjear por alimentos saludables o sesiones en gimnasios, además de incentivos económicos a los empleados que pierdan peso.
Como parte de su estrategia contra la epidemia de obesidad en el Reino Unido, al Gobierno laborista se le ocurrió la idea de pagar a los ciudadanos por adelgazar.
El plan anunciado por las autoridades consistiría en ofrecer bonos a los obesos para que éstos los canjeasen por alimentos saludables en los supermercados o los utilizasen, por ejemplo, en gimnasios.
Esa medida podría ir acompañada de otros estímulos en forma de premios en efectivo a quienes demuestren que perdieron kilos.
El Gobierno pretende asimismo animar a los empresarios a ofrecer incentivos económicos a los empleados que se propongan perder peso porque, argumenta, aquellos serían los primeros beneficiados de una fuerza de trabajo más sana y motivada.
Como medida prioritaria, se ha propuesto asimismo reducir en 12 años la obesidad infantil, que está actualmente en un 30 por ciento y no deja de crecer año tras año, a un 26 por ciento, que era el nivel registrado en 2000.
Menos papas fritas
Con ese propósito se ha decidido establecer clases de cocina obligatorias para los alumnos de enseñanza media para evitar que recurran, como hacen muchos ahora, a la llamada comida chatarra.
Las autoridades han recomendado a los colegios que prohíban a los escolares salir de sus recintos a la hora del almuerzo para evitar que coman alimentos como hamburguesas o papas fritas.
Al mismo tiempo se aumentará la media actual de dos horas a cinco las dedicadas al deporte en los colegios y, en aquellas zonas donde la obesidad infantil es realmente un problema, se crearán vías especiales para bicicletas.
El cálculo de las autoridades es que el costo de todas las medidas que se adopten ahora se verá compensado con creces por el ahorro en horas de trabajo perdidas por enfermedad o en la menor incidencia futura del cáncer, diabetes o los trastornos cardiovasculares, todas enfermedades asociadas al exceso de peso.
En Gran Bretaña, uno de cada cuatro adultos puede considerarse obeso, y se calcula que para mitad de siglo al menos un 60 por ciento de los británicos sufrirá esa condición, lo que representaría para el Servicio Nacional de Salud un costo anual de 50.000 millones de libras (más de 98.000 millones de dólares). (EFE)