Injertos de grasa son la nueva alternativa para la reconstrucción mamaria
Su aplicación es más sencilla que los métodos tradicionales y es capaz de revertir los efectos de la radioterapia tras un cáncer de mama, mejorando el aspecto externo de la piel.
Médicos del Hospital Clínic de Barcelona, España, presentaron una nueva arma terapéutica para reconstruir la mama después del cáncer.
Se trata de una técnica poco invasiva que permite, a partir de injertos de grasa del propio cuerpo, regenerar una zona sin necesidad de destruir otra, como se ha hecho hasta ahora con otros métodos de reconstrucción mamaria.
El Joan Fontdevila, jefe del servicio de Cirugía Plástica del centro catalán, lidera el estudio presentado en el Congreso de la American Society of Aesthetic Plastic Surgery.
"Esta terapia permite reconstruir la mama a partir de injertos de grasa, lo que supone un cambio de paradigma en este tipo de intervenciones, gracias al efecto regenerador de la grasa injertada", afirmó Fontdevila.
Hasta ahora en cirugía plástica, la reparación de un pecho dañado implicaba obtener tejido de otras zonas para llevar a cabo una reconstrucción o recurrir a las prótesis de silicona.
El procedimiento
Con este tratamiento el cirujano obtiene los injertos de grasa de debajo de la piel, en cualquier zona del cuerpo. Una vez extraída, la grasa es procesada en el mismo quirófano con el fin de purificarla e inyectarla en el pecho afectado por la mastectomía, y sin necesidad de realizar ninguna nueva cicatriz.
Asimismo, el daño en la zona donde se extraen los injertos también es mínimo, con cicatrices de menos de tres milímetros.
La operación dura dos horas y el tiempo de recuperación respecto a las técnicas tradicionales es mucho menor, lo que supone además una ventaja desde el punto de vista de gasto sanitario.
De hecho, los beneficios que se obtienen van más allá del restablecimiento del volumen mamario, pues no sólo mejora la calidad de la piel alterada por la radioterapia y las cicatrices previas de mastectomía (extirpación de la mama).
Además permite refinar los resultados obtenidos con otras técnicas de reconstrucción mamaria.
Transcurridos unos meses puede ser necesario de repetir el proceso, según el volumen que presente el pecho sano.
"Con este nuevo procedimiento los cirujanos trabajan con tejido vivo manipulable que, una vez inyectado en la zona afectada, nutre el tejido receptor, mejora su calidad y produce, por tanto, una notable mejoría en el aspecto externo de la piel", señaló el especialista.
"Además, al no haber materiales sintéticos ni cirugías prolongadas reduce el riesgo de complicaciones graves y simplifica los controles médicos, por lo que se plantea como una opción terapéutica eficaz en la reconstrucción mamaria", agrega. (Agencias)