Chile y Argentina nunca quisieron ir a la guerra en 1978, según negociadores
Delegados del tratado de amistad de 1984 recordaron las circunstancias de sus discusiones.
Intervención de Juan Pablo II evitó un conflicto bélico por las islas del Beagle.
Convencidos de que ni Chile ni Argentina buscaban iniciar una guerra por el conflicto del canal Beagle se mostraron el general chileno Ernesto Videla y el abogado argentino Marcelo Delpech, quienes negociaron el tratado de paz y amistad entre ambos países de 1984.
El general Videla, que participó representando a Chile, aseguró que el gobierno militar hizo todo lo posible por evitar el conflicto: "Hay pruebas testimoniales de las gestión del general Pinochet, personalmente, por evitar un conflicto, y la mejor prueba es la instrucción que recibieron las Fuerzas Armadas y la disciplina y serenidad con que reaccionaron frente a todas estas situaciones tan difíciles que vivimos".
"Jamás hubo en la voluntad de Chile ir a un conflicto", aseguró el militar a El Diario de Cooperativa.
Videla justificó las acciones chilenas en defender lo que creía en derecho pero a través de las vías diplomáticas, lugar donde Pinochet centró su política exterior y por eso se buscó la mediación del Vaticano. "No son armas bélicas, son armas del derecho, así que la voluntad de Chile siempre estuvo presente en encontrar una solución pacífica", dijo.
Por su parte, el argentino Delpech, experto en derecho internacional y que se incorporó a las negociaciones en 1984, duda "de que hubiera realmente una intención de ir a la guerra por parte de las Fuerzas Armadas argentinas", reconociendo que habían motivos históricos para dudar de los reales derechos de los dos países en el conflicto.
Delpech destacó que "con el apoyo de nuestros respectivos gobiernos pudimos poco a poco encontrar una solución en una expresión tan importante que nos han quedado para siempre"
Videla, quien estuvo desde el inicio de la negociaciones, recordó que el momento más difícil fue el 21 de diciembre, que los tuvo más cerca del conflicto, porque "se habían cerrado todos los caminos" para la mediación,
"Tratamos de buscar una salida invitando a confiar en el Santo Padre, y la respuesta fue que no habían modificaciones a las circunstancias" y así interviene Juan Pablo II para ayudar a enfrentar la tensa situación.
Recordando las palabras del cardenal Casarolli, Delpech sostuvo que "todo negociador debe tener en cuenta que una cosa es lo importante y otra cosa es lo esencial: lo importante puede ser negociado, lo esencial no, y con Ernesto estamos de acuerdo que hemos logrado salvar lo esencial para cada uno de los dos países".