Llegó a Chile la jueza francesa que investiga a "Madame Gil"
Sylvie Gagnard interrogará a víctimas de la "estafa de los quesitos".
Además, se reunirá con los ex dueños de Fermex S.A.
Este miércoles llegó a nuestro país la jueza instructora francesa Sylvie Gagnard, quien dirige la investigación en contra de Gilberte van Erpe, más conocida como "Madame Gil", cabeza de la llamada "estafa de los quesitos".
El objetivo del viaje de Gagnard es interrogar a Víctor Mella y Fernando Jara, los ex dueños de Fermex S.A. condenados por este caso en Chile, y recoger el testimonio de testigos presenciales, que fueron víctimas de la estafa.
Gagnard, tras su arribo, fue hasta la embajada de Francia se reunirá con el fiscal subrogante Alberto Ayala para coordinar las acciones que se están desarrollando con el Ministerio Público.
"Ella llegó sin novedad al país, llegó hoy en el transcurso de la mañana, va a hacer trámites en la embajada de Francia, luego se va a dirigir a la Fiscalía Nacional en Santiago donde va a proceder a tomar declaraciones a los afectados por esta estafa", declaró el encargado de Extranjería, subprefecto Alejandro Bugueño.
Aunque dijo que no puede dar detalles del caso, a su llegada la jueza francesa señaló que se ha especificado el origen de los casos, es decir, que "Madame Gil" era la mujer que coordinaba la estafa y que se encontraron cuentas de dinero provenientes de otros delitos de este tipo en países como la República Democrática de El Congo, Bélgica, Luxemburgo y Polonia donde se usó la misma técnica de los "quesitos mágicos".
Gagnard llegó a nuestro país con un equipo del "Pôle financier", tribunal especializado en delitos económicos, entre los que se encuentran policías y una traductora.
"Madame Gil", quien está detenida en Francia, puede llegar a cumplir una condena de hasta 10 años de prisión, tal como está especificado en el delito de estafa en banda organizada que estipula el país galo.
Van Erpe estafó a cerca de 4.500 chilenos solicitándoles dinero a cambio de un paquete de bacterias cristalizadas que, cultivadas en un litro de leche, permitían elaborar después de días quesos de pequeño tamaño que serían vendidos, supuestamente, para la industria cosmética, con lo que se apropió ilegalmente unos 20.000 millones de pesos.