Médicos afirmaron que paciente británica murió por un tumor y no por vacuna del papiloma

La muerte de Natalie Morton, la adolescente británica que falleció tras recibir la vacuna contra el papilomavirus, no murió por una reacción al producto administrado, según afirmaron fuentes de la investigación, quienes revelaron que la joven padecía un tumor maligno en el pecho que resultó letal.

Alexander Kolar, uno de los médicos que examinó el caso de Natalie, subrayó que "su estado era tan grave que la muerte hubiera podido acontecer en cualquier momento".

Según este especialista, los resultados preliminares de la autopsia indican que la causa de la muerte fue el citado tumor -que había afectado a su corazón y sus pulmones-, aunque aún se esperan los resultados de varios análisis complementarios.

Reino Unido continuará con la campaña de vacunación tras conocer los resultados de la autopsia.

La joven falleció el pasado lunes en un hospital de la localidad británica de Coventry apenas dos horas después de haber recibido una inyección de la vacuna Cervarix (GlaxoSmithKline) contra el cáncer de cuello de útero en el marco de un programa nacional de inmunización contra este virus en las escuelas.

La coincidencia levantó las sospechas sobre la seguridad de la vacuna, por lo que las autoridades sanitarias suspendieron el programa de vacunación y retiraron los lotes de la vacuna administrada.

El Departamento de Salud británico aclaró que la medida tenía un carácter "puramente preventivo" y aseguró que "el programa de vacunación contra el papilomavirus puede continuar tal como se había planeado".