Bachelet advierte: Ataque en Trípoli puede constituir un crimen de guerra

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El ataque ocurrió en el centro de detención de la capital de Libia, donde murieron al menos 40 migrantes.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de urgencia esta tarde para analizar la situación en el país africano.

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En el centro de detención de Tajura había 600 migrantes y refugiados, entre ellos mujeres y niños.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este miércoles de urgencia para analizar la situación de Libia, después de que anoche se produjera un ataque a un centro de detención en Trípoli, la capital, que dejó al menos 40 migrantes muertos.

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, la ex Presidenta chilena Michelle Bachelet, remarcó hoy que "este ataque, según las circunstancias precisas en las que se ha producido, puede constituir un crimen de guerra".

Por ello, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá a puerta cerrada a las 15:00 hora local (misma hora en Chile) para discutir los "desarrollos en Libia".

 

El ataque del martes dejó además "docenas de heridos" y que en el centro de detención de Tajura había 600 migrantes y refugiados, entre ellos mujeres y niños, por lo que se espera que el número de víctimas aumente considerablemente.

El bombardeo, supuestamente perpetrado por las tropas del mariscal opositor Jalifa Hafter, ocurrió durante la noche del martes en el centro de detención de la localidad de Tajura, al sur de Trípoli.

Libia está inmersa en un largo conflicto desde que la OTAN contribuyera en 2011 a que grupos rebeldes triunfaran cuando terminó la dictadura de más de 40 años de Muamar al Gadafi.

Actualmente, luchan por el control del país dos bandos: uno encabezado por el presidente y primer ministro Fayez al Serraj, apoyado por la ONU y la Unión Europea, que controla Trípoli y algunas zonas del oeste, y otro por el mariscal Hafter, que domina el resto del país y casi todos los recursos petroleros.

De la división se benefician diversos grupos dedicados al tráfico ilegal de armas, combustible y personas, que son el verdadero motor de su destruida economía.

En este contexto, las playas del oeste de Libia se han convertido en el principal trampolín para la inmigración irregular a través de la ruta del Mediterráneo central, una de las más mortíferas del mundo.