La combinación mortal que dispara el riesgo de infarto

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EFE

Los días que combinaron calor extremo y altos niveles de contaminación del aire por partículas finas dispararon el riesgo de muerte por infarto.

Esto más en las mujeres que en los hombres y en los adultos mayores más que en los jóvenes.

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El estudio contempla las muertes por infarto de miocardio entre 2015-2020 en la región de Jiangsu, China.

Aunque hay diversos factores que pueden duplicar el riesgo de infarto, hay una combinación que resulta especialmente mortal: el calor y los niveles elevados de contaminación por partículas finas, dos elementos que disparan el riesgo de muerte sobre todo en mayores y mujeres.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este lunes en Circulation -la revista de la Asociación Americana del Corazón- basado en el análisis de más de 202.000 muertes por infarto de miocardio entre 2015-2020 en la provincia china de Jiangsu, una región con cuatro estaciones bien diferenciadas y una amplia gama de temperaturas y niveles de contaminación por partículas finas.

Las partículas finas de menos de 2,5 micras de tamaño proceden de los tubos de escape de los vehículos, las fábricas o los incendios, y su inhalación causa enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares entre otros problemas.

Estas partículas "pueden interactuar sinérgicamente con las temperaturas extremas y afectar negativamente a la salud cardiovascular", dijo el autor principal Yuewei Liu, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China.

Para averiguar si la exposición conjunta a temperaturas extremas y contaminación afecta a la salud, el equipo analizó 202.678 muertes por ataque cardíaco entre 2015-2020 registradas en Jiangsu.

El estudio confirmó que los días que combinaron calor extremo y altos niveles de contaminación del aire por partículas finas dispararon el riesgo de muerte por infarto, más en las mujeres que en los hombres y en los adultos mayores más que en los jóvenes.

En concreto, las muertes se produjeron entre adultos con una edad media de 77,6 años, el 52 por ciento tenían más de 80 años y el 52 por ciento eran hombres.

"Nuestros hallazgos demuestran que reducir la exposición tanto a las temperaturas extremas como a la contaminación por partículas finas puede ser útil para prevenir las muertes prematuras por infarto de miocardio, especialmente en el caso de las mujeres y los adultos mayores", señaló Liu.