Científico relató las "maravillas" que oculta el mar a ocho kilómetros de profundidad

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"Toda una aventura". Así define el director del Instituto Milenio de Oceanografía, Osvaldo Ulloa, la expedición "Atacama Hadal", que compartió recientemente con su colega Rubén Escribano y con el explorador estadounidense Víctor Vescovo. A bordo del sumergible "DSV Limiting Factor" -de propiedad del norteamericano y "semejante a una cápsula espacial"- el grupo descendió hasta 8.000 metros de profundidad frente a las costas de Mejillones, en la Fosa de Atacama, donde existe una presión 800 veces mayor a la de la superficie y la oscuridad es total: "Frente a Chile, a 100 metros de profundidad ya no hay luz, y estamos a ocho kilómetros, así que no hay ninguna posibilidad de que llegue ningún fotón", explicó el científico en conversación con Una Nueva Mañana. Así, apoyados por "focos muy poderosos" y "cámaras de alta definición", los tripulantes pudieron observar una "gran riqueza de especies, tremendamente diversas" y, sorpresivamente, coloridas: "Vimos peces babosos de color púrpura, que sospechamos que son una especie nueva, porque no son comparables a lo ya visto", también "pepinos de mar", "pulgas de mar gigantes -anfípodos de colores brillantes- que son los grandes carroñeros del fondo marino", "comunidades de microorganismos que cubren roca desnuda en forma prácticamente vertical", "estructuras geológicas que no estaban descritas y que va a haber que entenderlas", relató el biólogo marino. Ulloa indicó que durante los próximos dos años se trabajará un documental "para que la sociedad en su conjunto pueda conocer las maravillas que existen en el fondo de la Fosa de Atacama". Asimismo, de aquí a un año debería instalarse "un observatorio en el fondo marino para estudiar el desplazamiento del piso oceánico por la acumulación de energía en el choque de las placas (tectónicas)". Fue ésta "una investigación multidisciplinaria que combina la oceanografía y la biología marina con la geología y la geofísica marina", remarcó. ¿Quisiera descender otra vez a dichas profundidades inexploradas? "Uno baja con ciertas expectativas, pero vuelve con muchas más preguntas y otras inquietudes", confesó el investigador.

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