Exponerse a altas frecuencias por ocho horas diarias podría generar serios daños.
Dispositivos móviles alcanzan frecuencias de 120 decibeles, la misma de un avión.
Los usuarios de dispositivos móviles como los iPod podrían desarrollar sordera en el corto plazo por estar expuestos a sonidos de alta frecuencia, según detalló un informe publicado por El Nuevo Herald.
En países como Estados Unidos, no hay una normativa que limite el volumen que pueden producir estos dispositivos lo que, sumado a la gran cantidad de horas que los usuarios pasan con los audífonos puestos podría dañar severamente a las células receptoras del sonido, mientras que en Europa han normado el volumen máximo que pueden producir.
Carmen Cecilia Orta, fonoaudióloga de la Administración Ocupacional de Seguridad y Salud (OSHA) estadounidense, señaló que "los jóvenes viven con los audífonos puestos recibiendo una dosis alta (de sonido) y a niveles de intensidad dañinos para el oído. El resultado de esto es que uno de cada seis adolescentes norteamericanos entre 13 y 18 años presentan pérdidas auditivas irreversibles en las frecuencias agudas".
Según la normativa europea, los usuarios sólo se pueden exponer a un máximo de 90 decibeles, mientras que en países donde no está regulado el tema, los dispositivos móviles pueden emitir hasta 120 decibeles, misma intensidad emitida por los aviones.
Alerta por ocho horas al díaPor esta misma razón es que los trabajadores aeroportuarios deben usar protectores en sus oídos, ya que, según detalló el organismo estadounidense, las personas expuestas a más de 85 decibeles por un período de ocho horas diarias podrían perder la audición.
"Los que están permanentemente expuestos a ese tipo de ruido, por ley, se tienen que proteger y hacerse chequeos anuales de la audición para asegurarse que no exista un deterioro. Los niños hoy en día usan los iPod más de ocho horas al día a intensidades mayores de 85 decibeles. Esto puede causar un daño irreversible", añadió Orta.
La especialista explicó además que poder percibir las frecuencias agudas es fundamental para comprender el habla, ya que "si no escuchamos los sonidos consonánticos, se nos dificulta enormemente distinguir una palabra de otra".
