La senadora conversó con Cooperativa sobre sus planes en la comisión de DD.HH.
El aborto "no es un tema de salud pública", indicó.
La senadora aseguró que es extremo criticarla por algo que "pasó hace 40 años".
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), aseguró en Cooperativa que espera tratar la despenalización del aborto en la comisión.
En Lo que Queda del Día, la parlamentaria indicó que "creo que debiera pasar por ahí el tema del aborto, que para mí es tremendamente importante. Yo creo que esa discusión debe darse como una discusión de derechos".
"Acá lo que está en el fondo no es un tema de salud pública, porque si bien son casos que afectan la salud de las personas (...) si el derecho a la vida del que está por nacer está por sobre el derecho de la mujer a decidir por sobre su cuerpo, ésa es la discusión de fondo. Yo creo que este ser es un ser humano, por lo que es sujeto de derechos humanos", añadió.
La senadora también se refirió a su relación con las violaciones de derechos humanos en la dictadura, manifestando que en ese momento "estaba en la universidad, era re chica yo. Vengo de una familia de derecha, eso para nadie es una sorpresa, de hecho mi abuelo fue alcalde de Concepción por el Partido Nacional y por lo tanto, es una familia tradicionalmente de derecha, después de eso no participaron en política".
"La visión que nosotros teníamos del gobierno del presidente Allende era que fue un gobierno que llevó al país al caos, donde el Partido Socialista de la época decidió usar la violencia como herramienta política lícita y generó una polarización feroz", remarcó la ex intendenta de la Región del Biobío.
"Posteriormente vino el gobierno de Pinochet, que fue bien recibido, incluso por la Democracia Cristiana de la época, pero posteriormente se empezaron a generar abusos en términos de los derechos humanos", sostuvo.
La también ex alcaldesa de Concepción, recordó que al conocer el informe Rettig "fue impresionante. La violación a los derechos humanos es condenable, sobre todo cuando es por parte del Estado. Ahora, creo que basar la conversación en algo que ocurrió 40 años atrás y objetar mi participación por una situación que se vivió cuando yo no tenía derecho a voto es extremo", recalcó.
