La Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) del Biobío extendió en dos años el plazo para que la planta de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) entregue el estudio de impacto ambiental que busca un lugar alternativo para la evacuación de los residuos industriales.
En diciembre de 2006, Celco realizó la apelación a la Corema para alargar el plazo que finalizaba el 15 de abril, adjudicando razones de fuerza mayor, como la constante oposición violenta de los pecadores, que impedían realizar el estudio.
Junto con alargar el periodo de la investigación, la Corema ordenó a la planta contratar, antes de marzo de 2007, una consultora independiente.
Esta deberá entregar, en un plazo de seis meses, una alternativa que compatibilice las operaciones de la planta de Valdivia con la recuperación del humedal del río Cruces.
El plazo, negociado con La Moneda, significa un vuelco en la historia de la planta, que incluso en el año 2005 suspendió su producción por dos meses, producto de las acusaciones de daño ambiental al Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter.
Hasta que el tema no se resuelva, la planta de celulosa se mantiene, voluntariamente, produciendo solo un 80 por ciento de su capacidad autorizada.