El denunciante del ex párroco criticó que se dijera que el cura puede salir del convento donde reside.
En el lugar fue visitado este sábado por el arzobispo Ricardo Ezzati.
Como una "burla" consideró el periodista Juan Carlos Cruz las respuestas que ha dado la Iglesia Católica en los últimos días respecto a las supuestas infracciones que estaría realizando Fernando Karadima frente a la orden llevar una "vida de oración y penitencia" que le impuso el Vaticano, tras declararlo culpable de abuso sexual de menores.
El pasado 29 de noviembre, el denunciante envió un correo electrónico al obispo auxiliar de Santiago, Cristián Contreras, denunciando que Karadima había sido visto en las Termas del Corazón, a 87 kilómetros del convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, en Providencia, donde está recluido, y que también había salido a comer con amigos.
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| Los últimos hechos "reflejan la negligencia" de la Iglesia frente a los abusos, dijo Cruz. (Foto: UPI) |
"Fijando la residencia de Karadima, la CDF (Congregación Para la Doctrina de la FE) nunca ha establecido que dicha residencia fuera una cárcel, de la cual no podría salir. Me parece sumamente importante que comprendas que la CDF no ha pedido al arzobispo de Santiago ser el 'carcelero' de Karadima", fue la respuesta que recibió.
En conversación con Cooperativa, este sábado, el denunciante consideró al respecto que fue "una burla la respuesta; esto de 'no soy el carcelero de Karadima' me parece un chiste", señaló.
El profesional alegó que esta postura "refleja -en general, no de todos, pero muchos- la actitud de los obispos, de desdén y negligencia en el tema de los abusos. Es una verdadera vergüenza", reiteró.
Durante la víspera el arzobispo Ricardo Ezzati reiteró que Karadima no estaba en una cárcel y "por supuesto" podía abandonar el convento. Anunció además que hoy visitaría al sacerdote, cosa que cumplió alrededor del mediodía.
Tras conocerse la condena de la Justicia contra Karadima, el pasado 14 de noviembre, Juan Carlos Cruz acusó que el cura estaba infringiendo la condena y seguía manejando sus redes como "Don Corleone". Ricardo Ezzati lo negó, pero instó al denunciante a que si tenía antecedentes concretos sobre dichas infracciones los hiciera llegar a las autoridades eclesiales.
