Su director ejecutivo detalló en Cooperativa que sus programas se desarrollan "con los mínimos niveles de exigencia".
"El tema de la desestigmatización es extraordinariamente importante", agregó Pablo Egenau.
Egenau criticó la penalización al consumo de drogas y la discriminación a los consumidores.
El director ejecutivo de la Fundación Paréntesis, Pablo Egenau, explicó en Lo Que Queda del Día los programas de la institución y señaló que "el tema de la desestigmatización es extraordinariamente importante".
La Fundación Paréntesis es una institución del Hogar de Cristo que acoge, apoya y brinda atención especializada y gratuita a personas que están en situación de pobreza o exclusión social y que presentan consumo problemático de alcohol y otras drogas.
La organización atiende a cerca de 6.000 personas y está presente en nueve regiones del país y actualmente se encuentra realizando su campaña de captación de nuevos socios.
"El tema de la desestigmatización es extraordinariamente importante (...) Nuestro trabajo es generar programas de bajo umbral, con los mínimos niveles de exigencia posible, porque lo que queremos es que te vincules conmigo, que estés acá, no te queremos poner barreras", detalló Egenau.
El profesional añadió que "la gente de nuestra Fundación va a la calle, está en la calle, yo no quiero que te mueras, no quiero que te enfermes gravemente, quiero que a partir de la formación de este vínculo puedas tener una conversación transformadora y escucharte para que puedas cambiar tu vida".
Despenalización
Egenau explicó que "los programas tienen que estar al servicio de las personas, donde las personas se encuentran y tenemos que entender que los consumos de droga tienen significados muy complejos para la vida de la gente".
El director ejecutivo de la Fundación Paréntesis remarcó que este tipo de programas "es más eficiente, cuesta menos, lo peor que las sociedades pueden hacer es pensar que estos problemas se resuelven con cárcel y con prisión. La prisión es dañina, la prisión es cara, la prisión es ineficiente, perjudicial".
"Tenemos una imagen y se ha generado un estigma y con unos fenómenos de exclusión social gigantescos, enormes, hay desconfianza. Las encuestas de tolerancia y no discriminación lo único que muestran es esta imagen de que son personas poco confiables, propensas al delito, inmorales esencialmente, manipuladoras, de personalidades infantiles, que nunca cambian", agregó el profesional.
Vergüenza nacional
Egenau resaltó que "tenemos un (solo) programa terapéutico para niñitas adolescentes pobres, estamos hablando de mujeres entre 12 y 19 años, de situación de pobreza extrema, el 100 por ciento de ellas con experiencias de violencia, de trauma, de abuso sexual, de victimización desde muy temprano en sus vidas".
El profesional enfatizó que "el único programa terapéutico disponible en el territorio de la nación está en la comuna de Colina en Santiago de Chile. Significa eso que hoy día estamos recibiendo derivaciones irresponsables, medidas contraterapéuticas, potencialmente perjudiciales y dañinas para la salud física y mental de esas niñitas desde Arica, desde Iquique a miles de kilómetros de distancia".
A juicio del director ejecutivo de Paréntesis, que calificó este hecho como una "vergüenza nacional", estas derivaciones promueven "el desarraigo, esta suerte de desvinculamiento brutal y antiterapéutico, porque en Chile no existe una alternativa para atenderlas en su territorio".
"Eso es una inmoralidad desde el punto de vista de la política pública y eso es un error garrafal y un grave daño a la integridad física y emocional de esas niñitas", concluyó Egenau.
