La Moneda reaccionó ante las declaraciones del ex embajador en la ONU, Juan Gabriel Valdés, confirmando que el tema ya fue aclarado por la Cancillería de forma reservada.
El Gobierno recalcó que ya fue superado el caso de espionaje del que fueron víctimas sus representantes ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) mientras se discutía la situación de Irak, en febrero de 2003.
Según el Ejecutivo, ya fueron recibidas las explicaciones por parte de los autores de la intervención.
"Nosotros hicimos valer nuestros derechos de manera responsable ante los distintos organismos que pudieran aparecer vinculados a situaciones como éstas, recibimos las explicaciones del caso y el tema está superado", señaló el ministro (s) secretario general de Gobierno, Patricio Santamaría.
No reveló el nombre de el o los países que habrían intervenido las comunicaciones telefónicas de las naciones consideradas "indecisas" sobre el ataque a Irak, ya que eso "está dentro de las reservas que debemos mantener en las relaciones internacionales".
Aseguró, además, que el incidente, "en ningún caso" afectó a la postura que adoptó Chile sobre la crisis en Irak, porque la decisión de abstenerse de votar sobre el mandato que autorizaba el ataque al país musulmán "se tomó de forma soberana, autónoma y con responsabilidad".
Estados Unidos, Reino Unido y España necesitaban, en febrero de 2003, ocho de los 15 votos del Consejo de Seguridad de la ONU para lograr sacar adelante una resolución que permitiera el uso de la fuerza contra el régimen de Sadam Husein, por lo que habrían realizado una operación de control de comunicaciones sobre los países que aún no estaban indecisos, como Chile.
Finalmente, contrarios a la decisión del Consejo de Seguridad y amparándose en la resolución 1.441 -que tildaba al régimen iraquí como una amenaza para la paz y la seguridad mundial-, el 20 de marzo de 2003 los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y España iniciaron la del país asiático.
